Por Victoria G. Corera – Plataforma “No te olvides del Sáhara Occidental”
Cincuenta años después de la autodenominada «Marcha Verde», la comunidad internacional vuelve a mirar al Sáhara Occidental. Y lo hace, por fin, desde el ángulo correcto: el de una población colonizada que espera ejercer un derecho reconocido y pospuesto durante medio siglo. Lo que se decida mañana en la sede de Naciones Unidas no será el fin de la historia, pero puede ser el comienzo de una nueva etapa, más honesta, en la larga lucha del pueblo saharaui por la justicia y la libertad.
La votación está prevista para este viernes a las 15:00 (hora de Nueva York) / 20:00 (CET)
A punto de cumplirse cincuenta años exactos de la invasión autodenominada «Marcha Verde», el Consejo de Seguridad se dispone a votar mañana, viernes 31 de octubre, una resolución decisiva para el futuro del Sáhara Occidental. Lo que parecía otro trámite de rutina se ha transformado, en las últimas horas, en un pulso político de fondo entre quienes buscan consolidar la ocupación marroquí bajo la fórmula de la “autonomía” y quienes se aferran a la legalidad internacional y al derecho inalienable del pueblo saharaui a decidir su destino. El texto que se llevará a votación, redactado por Estados Unidos, ha pasado por sucesivas negociaciones y correcciones que lo han alejado, paso a paso, de la versión inicial impulsada por Rabat y París.
Según revelaciones de ECSAHARAUI y fuentes diplomáticas consultadas en Nueva York, la tercera versión del proyecto —distribuida en la tarde del jueves— amplía el mandato de la MINURSO hasta el 31 de octubre de 2026. Se descarta así la limitación de seis meses, e incluso de tres, que contenían los primeros borradores, y desaparece cualquier mención a la posibilidad de reducir o poner fin a la misión. Este cambio responde a la presión de varios miembros del Consejo que reclamaban estabilidad operativa y garantías de que la misión seguirá siendo un instrumento al servicio del proceso de descolonización, no de su liquidación.
La gran novedad política del texto – si se confirma lo que conocemos hasta ahora- es la reafirmación expresa del derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, mencionada dos veces en la nueva redacción. Por primera vez desde hace años, el lenguaje del Consejo de Seguridad vuelve a alinearse con la Carta de las Naciones Unidas y con el corpus jurídico internacional sobre los territorios no autónomos. Esta precisión —ausente en el primer borrador estadounidense— supone un correctivo directo al marco limitado de la “autonomía bajo soberanía marroquí”, y devuelve la cuestión del Sáhara Occidental a su naturaleza original: la de un proceso inconcluso de descolonización.
El texto también elimina las referencias que presentaban el plan de autonomía de Marruecos como “la única base” o “la única solución posible” para el conflicto. La nueva fórmula, más equilibrada, se limita a “tomar nota del apoyo expresado por numerosos Estados Miembros a la propuesta marroquí, considerándola una contribución seria y creíble”. Es decir, la autonomía deja de ser el horizonte único. Vuelve el pluralismo político y jurídico: la ONU reconoce que puede haber otras propuestas legítimas —entre ellas, la del Frente Polisario de 2007, que plantea el referéndum con las tres opciones reconocidas por la organización—.
Otro cambio de calado es el reconocimiento expreso del Frente Polisario como parte del conflicto y actor legítimo en las negociaciones. En las versiones anteriores, la redacción había sido ambigua, diluyendo su papel en un genérico “todas las partes interesadas”. La nueva versión habla claramente de “las partes”, en referencia a Marruecos y al Frente Polisario, y subraya su responsabilidad compartida en la búsqueda de una solución. Es un detalle lingüístico, pero con una enorme carga política: significa que el Consejo sigue considerando al Frente Polisario como el representante legítimo del pueblo saharaui, conforme a las resoluciones y a la práctica de la ONU desde 1979.
La resolución introduce además una revisión estratégica del mandato de la MINURSO en el plazo de seis meses, “teniendo en cuenta los resultados de las negociaciones”. No se trata de una amenaza, sino de una oportunidad para evaluar la eficacia de la misión y reorientarla hacia su objetivo original: la organización del referéndum de autodeterminación. En paralelo, la redacción abre espacio a que las partes presenten nuevas propuestas “fuera del marco limitado de la autonomía”, una puerta que Marruecos lleva años intentando cerrar.
Todo ello convierte esta tercera versión en un revés diplomático para Rabat. La estrategia del Makhzen —imponer el lenguaje de la “autonomía” como único marco posible— ha fracasado. La delegación francesa intentó, hasta última hora, reintroducir formulaciones favorables a Marruecos, pero la presión de Rusia, Mozambique, Argelia y varios países africanos frenó el intento. Estados Unidos, consciente del riesgo de una fractura visible en el Consejo, optó por mantener un texto más equilibrado, jurídicamente sólido y compatible con las resoluciones precedentes.
La votación está prevista para hoy viernes a las 15:00 (hora de Nueva York) / 20:00 (CET). Todo apunta a que la resolución será aprobada por amplia mayoría, aunque su lectura política será muy distinta a la que Rabat esperaba. Este texto no resuelve el conflicto, pero marca un punto de inflexión: devuelve al Consejo de Seguridad el lenguaje del derecho internacional y la referencia a la autodeterminación, debilitando la narrativa marroquí de una “autonomía consensuada”.
Cincuenta años después de la autodenominada «Marcha Verde», la comunidad internacional vuelve a mirar al Sáhara Occidental. Y lo hace, por fin, desde el ángulo correcto: el de una población colonizada que espera ejercer un derecho reconocido y pospuesto durante medio siglo. Lo que se decida mañana en la sede de Naciones Unidas no será el fin de la historia, pero puede ser el comienzo de una nueva etapa, más honesta, en la larga lucha del pueblo saharaui por la justicia y la libertad.
Victoria G. Corera
Plataforma «NO TE OLVIDES DEL SAHARA OCCIDENTAL»
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