- Salim Djellab es miembro del Partido Socialista de Francia.
Tras el incidente fronterizo entre Argelia y Mali, se han difundido una serie de relatos acusatorios, especialmente desde Rabat, con el objetivo de convertir a Argelia en el chivo expiatorio de la inestabilidad regional. Este intento, burdo y políticamente orientado, forma parte de una estrategia más amplia de manipulación de la opinión pública y de demonización sistemática de Argel, en beneficio de una agenda regional claramente expansionista impulsada por el Reino de Marruecos.
El caso del dron maliense derribado aún no ha revelado toda la verdad. Mientras que Bamako afirma que el aparato fue destruido dentro de sus fronteras, Argelia afirma, con documentos que lo demuestran, que penetró en su espacio aéreo soberano. Aún no se han realizado investigaciones independientes, pero el hecho de que Rabat se aproveche de este incidente para atacar a Argelia, sin pruebas, demuestra su voluntad de aprovechar la más mínima tensión para debilitar diplomáticamente a su vecino.
El doble juego de Marruecos en el Sahel
El Reino se posiciona hábilmente como «socio de seguridad» de los países del Sahel, al tiempo que persigue una lógica de injerencia política. Detrás de la llamada «Iniciativa Atlántica», Rabat pretende sobre todo extender su influencia económica y militar sobre Estados debilitados, en busca de aliados y oportunidades. Esta estrategia no es filantrópica: su objetivo es construir una línea de alianzas diplomáticas contra Argelia, especialmente en la cuestión de la Sáhara Occidental.
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