Tiene raíces de desierto y frescor de oasis. En este, se quiso quedar para siempre. Con 8 años (en el 96) aún le llamaban solo por su nombre: Hafdala Abdelaziz. Vino a Andalucía gracias al programa ‘Vacaciones en paz’, a Rota, y aún recuerda su primer choque con la civilización occidental. Fue contra una cristalera del aeropuerto que no vio. «Bajé con tanta emoción que no la vi. Mi primer contacto con esto fue una locura, en vez de sentarme en el váter, me ponía de pie en él y trataba de apoyarme en la zona de la cisterna. No paraba de abrir y cerrar el grifo y las escaleras mecánicas me dejaron sin palabras muchos días», expresa con un gracejo que no se sabe si es granadino o saharaui.
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Artículo original completo: Del Sáhara a Granada | El niño que se aferró al oasis granadino | Ideal