En las últimas semanas han llegado a Barajas cerca de 40 saharauis. Muchos de ellos permanecen en la sala de inadmitidos y suman denegaciones que amenazan con una deportación similar a la que sufre Bachir.

Mohamed Bachir, un joven saharaui que lleva 23 días retenido en el aeropuerto de Barajas, tiene fecha y hora de expulsión: este domingo a bordo de un avión rumbo a Casablanca. El ministerio del Interior le ha denegado repetidamente, hasta en cuatro ocasiones, la solicitud de protección internacional tras asignarle un intérprete marroquí, ignorando la recomendación del Defensor del Pueblo, y a pesar de la denuncia de que su testimonio había sido alterado por el traductor.

Fuentes de su equipo legal han informado a El Independiente de que Interior también ha rechazado la nulidad del proceso después de que le fuera designado un intérprete de dariya -el dialecto árabe marroquí- y de que éste trasladara un testimonio que el solicitante no reconoció como propio y cuya alteración denunció. La vía judicial también ha sido agotada.

Bachir, periodista de 29 años, es licenciado en derecho y tiene orden de ser expulsado esta tarde de domingo en un avión hacia Casablanca a pesar del riesgo cierto de que sufra la represión de las autoridades marroquíes, en un contexto de creciente hostigamiento a los saharauis de los territorios ocupados del Sáhara. En las últimas semanas han llegado a Barajas cerca de 40 saharauis. Muchos de ellos permanecen en la sala de inadmitidos y suman denegaciones que amenazan con una deportación similar a la que sufre Bachir.

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