El ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska se mantiene en sus trece. Su departamento tiene prevista para la noche de este jueves la expulsión de cerca de una decena de solicitantes de protección internacional saharauis, a pesar del riesgo que supone para su integridad física ser enviados a Marruecos, y sigue bloqueando el acceso a la sala de inadmitidos del aeropuerto de Barajas de los diputados del Congreso que lo habían reclamado.

Los representantes legales de los solicitantes ha confirmado a El Independiente que se mantiene la deportación para esta noche de jueves, tras la orden judicial dictada a principios de esta semana. Entre los que se enfrentan a la devolución inmediata, figuran la familia compuesta por Rbab al Tarad Yahi, de 27 años, y Mohamed Ali Mohamed Slimani, de 34, junto a la hija de ambos, Aziza, de año y medio. Rbab sufrió un aborto durante su estancia en Barajas y los agentes de la Policía Nacional se negaron a que permanecería durante toda la noche en el hospital al que fue trasladada en contra de la recomendación médica. También aparecen en el listado Hammou Ali, sordo y enfermo de cáncer; y Abderahman Aliat, un activista cuyo caso fue detallado por este diario. Fue secuestrado y torturado por la policía marroquí en los territorios ocupados del Sáhara Occidental.

A última hora del domingo agentes de la Policía Nacional, bajo escrutinio por las denuncias de vejaciones y la falta de higiene de la sala de inadmitidos, ya trataron de ejecutar la expulsión de varias decenas, entre los que se contaban quienes este jueves tienen orden de deportación. Fuentes cercanas a los activistas aseguraron a El Independiente que, ya en pista, más de una decena de ellos se negó a subir al avión y fueron devueltos a la sala de inadmitidos del aeropuerto madrileño, donde han permanecido desde entonces.

La visita de los diputados, aplazada dos veces

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