Texto de Ali Salem Iselmu. Foto red
Vete hacia el norte le dijeron, no te detengas, aunque las olas del mar te impidan alcanzar el paraíso con el que has soñado y del que tantas veces te han hablado. Observó sus dos vacas y a sus hijos que corrían felices persiguiendo mariposas, cortando flores con sus pequeñas manos alrededor de aquel río, en el que a veces se detenían en su orilla, para ver el reflejo de sus sombras en el interior del agua.
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