- El pueblo saharaui y el reto de la salud.
- La ONGD Fundación la Vicuña y el Ministerio de Salud Pública de la RASD, desarrollan desde 2011 un Programa de Formación y Asistencia Sanitaria Otorrinolaringológica en los campamentos de población refugiada saharaui en Argelia
La vida en Tinduf (Argelia), y en los territorios liberados del Sahara Occidental, es muy extrema para las 175.000 personas saharauis obligadas al exilio desde 1976.
El territorio donde se asienta la población refugiada saharaui se denomina hammada, un desierto pedregoso, árido, duro, de mesetas rocosas, con poca arena, e imposible para cualquier cultivo. A estas precariedades hay que sumar las del agua potable, infraestructuras y comunicación, dependencia alimentaria de la ayuda internacional, desarrollo de cualquier actividad económica, y muy escasas lluvias.
El pasado mes de mayo, el Congreso de los Diputados apoyo por mayoría absoluta la petición al Gobierno para que aumente la ayuda humanitaria a la población refugiada saharaui, por la emergencia humanitaria tras la reducción de un 30% de la ayuda alimentaria (cesta básica) que distribuye entre la población saharaui el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.
El PMA en Argelia informa que “la cesta mensual de alimentos secos, por persona, es ahora de 11,17 kg, casi el 70% de la cesta estándar de 16,67 kg que se recibía en 2019, ya entonces insuficiente. Esta escasez afectará directamente la ingesta calórica de los beneficiarios, que depende casi exclusivamente de estas raciones para su subsistencia”. En diciembre pasado solo uno de cada tres niños recibía la dieta mínima esencial para un crecimiento y desarrollo saludables.
Desde 2020 se viene registrando un empeoramiento de la ayuda internacional para el pueblo saharaui, una situación que ha llevado a 28 entidades de la ONU y ONG que trabajan en el lugar, a presentar el pasado mes de marzo un Plan de Respuesta (2024-2025) para esta emergencia humanitaria, por el empeoramiento de la salud y estado nutricional de la población.
Desde Médicos del Mundo alertan que el recorte de las raciones por falta de fondos “ha elevado la tasa de anemia a un 75% de las mujeres embarazadas y lactantes, y la desnutrición infantil, que padecen más de la mitad de los menores de cinco años”
A esta petición de emergencia humanitaria se suma la Media Luna Roja saharaui, y destaca que más del 90% de la población se encuentra en riesgo de pobreza y de extrema vulnerabilidad. El sustento de muchas familias lo aportan familiares desde el extranjero, y la ayuda internacional a la que se suman muchas ONGD.
El reto de la salud.
El gobierno saharaui no tiene autonomía para la gestión de los programas de salud pública, porque no dispones de presupuestos propios y estables, depende en su totalidad de la ayuda internacional.
Superando dificultades, el sistema de salud saharaui se estructura en tres niveles de atención; Primaria (modo centro de salud), con un dispensario en cada daira (barrio), 26 más los 6 existentes en los territorios liberados; Hospitales Regionales que suman 7, uno en cada wilaya (provincia); Hospitales Centrales, el Bachir Saleh y el Bolla
El modelo saharaui se denomina de “salud pública” porque se ha generado con la participación de toda la población, y se sostiene de forma colaborativa por la propia población, para mejorar en lo posible una autosuficiencia frente a la dependencia y vaivenes de la ayuda internacional. La salud pública ha llevado a miles de jóvenes a formarse en terceros países y regresar para ayuda a la población. Como ejemplo Cuba, que a fecha de 2019 registra en más de 2.000 los jóvenes saharauis graduados en centros educativos del Ministerio de Salud Pública y el Ministerio de Educación Superior.
En 1997 comenzó a funcional un laboratorio público saharaui para producir medicamentos, y atender la necesidad básica de la población, suero, antibióticos y antibacterianos. La Escuela de Enfermería de la Universidad Saharaui de Tifariti es otro ejemplo del esfuerzo público de salud. El déficit en la carta de servicios sanitarios saharauis sigue siendo muy elevado, por la falta de médicos especialistas, equipos sanitarios, incentivos y retribución.
Diputación de Cádiz y Fundación La Vicuña
La Fundación La Vicuña inició en 2011 el Programa de Formación y Asistencia Sanitaria de Otorrinolaringología PFASORL en favor de la población refugiada saharaui en los campamentos localizados en Tinduf (Argelia), y se integra en el Plan Estratégico de Salud 2022-2026 del Ministerio de Salud Pública de la República Árabe Saharaui Democrática.
Desde 2019 la Diputación de Cádiz mantiene de manera ininterrumpida su ayuda económica al PFASORL, para atender el derecho humano a la salud de personas vulnerables.
Son objetivos del PFASORL la formación del personal sanitario saharaui, atención sanitaria a la población en consulta, cirugía, hospitalizaciones, domicilios. Habilitar y dotan de material sanitario y equipos a las consultas de ORL, habilitar quirófanos, establecer protocolos de actuación con el Ministerio de Salud Pública y Hospital Nacional de Rabuni, colaborar con las necesidades de farmacia, analítica, evacuación de pacientes, y asignación de personal sanitario local a las consultas.
También se desplazan a los campamentos equipos de voluntariado cooperantes sanitarios especializados en cooperación internacional: médico, anestesista, enfermería, audiometría protésica, electromedicina, y otros grupos de interés, agrupados desde la sede principal en El Puerto de Santa María y también desde la delegación en Alzira-Valencia de la Fundación La Vicuña.
El PFASORL cuanta con el apoyo institucional del Servicio Andaluz de Salud, Cooperación Internacional para el Desarrollo de Diputación de Cádiz, y Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Alzira-Valencia. También son donantes la Fundación Dr. Pascual, la SEORL-CCC, el COMCÁDIZ, y el Hospital Lluís Alcanyís-Xátiva, Hospital Universitario Puerta del Mar, Hospital Universitario Puerto Real, Hospital HLA Asisa Jerez, Clínica Dr. Casimiro, entre otros.
Hasta la fecha la Fundación La Vicuña ha desarrollado el PFASORL desplazando 20 Comisiones Médicas-Quirúrgicas, participadas por 95 sanitarios cooperantes. Se han atendido 17.000 personas en consulta, realizadas 1.000 intervenciones quirúrgicas, entregado 22.600 kg de material sanitario, y destinado al PFASORL el 55% de la inversión solidaria realizada por la Fundación La Vicuña desde 2011, y que suma 830.000€.
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