Cuenta con más de 300 libros y material sobre la antigua colonia española
Manuel Cruz tenía 14 años cuando compró el primer libro sobre el Sáhara. Se titulaba Frente Polisario: la última guerrilla de Rafael Wirth y Soledad Balaguer. Era 1975 y el conflicto saharaui estaba en pleno apogeo. Luego, comenzó a guardar recortes de prensa en los que se hablaba de la ocupación marroquí, de la huida de miles de saharauis a los campos de refugiados de El Aaiún, en el desierto argelino, de la guerra del Frente Polisario… Poco a poco, fue creando un archivo sobre Ifni y el Sáhara que hoy supera los 300 libros además de material en otros soportes como fotocopias, documentos digitales, vídeos, recortes de prensa y cartografía militar.
La casa de Manuel huele al Sáhara. Sobre la mesa, muestra algunos libros de su colección. Son las joyas de su archivo. Cerca de ellos tiene otra mesa con algunas piezas de cerámica y cestería traídas de alguno de sus viajes a la antigua colonia española. El salón está presidido por cuadros de temática saharaui pintados por su madre Sarito, fallecida hace unos meses con 99 años, de sus hermanas Rosi y Carmen y de él mismo.
Las estancias de su vivienda, en Los Estancos (Puerto del Rosario), están repletas de elementos de la cultura saharaui desde teteras hasta un salón de estilo bereber. Es un guiño al lugar que los acogió cuando el cabeza de la familia Cruz, Manuel, fue destinado al Batallón de Tiradores de Ifni, en la década de los cuarenta del siglo pasado. Manuel nació en Ifni; se crio corriendo por las calles de tierra, jugando con los niños baamaranis (ifneños) y saharauis del barrio; imaginando aventuras en el zoco y yendo a ver los anfibios desde “la barandilla”.
Allí, fue feliz hasta que su familia tuvo que hacer las maletas y regresar a Gran Canaria. El 30 de junio de 1969, Franco hizo entrega a Marruecos de Sidi Ifni, la capital del África Occidental Española. La postura de España obligó a los españoles a salir de la zona. Entre los que regresaban, muchos eran canarios. El historiador Francisco Cerdeña recuerda cómo buques de transporte como el Aragón y el Almirante Lobo se utilizaron en la repatriación. Los restos de los españoles sepultados en el cementerio de Ifni fueron a parar al campo santo de San Lázaro, en Gran Canaria.
Manuel cuenta que en Sidi Ifni pasó la infancia. “Los primeros años de la niñez marcan a todo el mundo. Me vine a Canarias con casi nueve. Desde siempre la cultura saharaui me ha atraído. Lo he vivido como algo muy cercano. Los españoles y saharauis teníamos una relación supernatural de hermandad”, explica. Cuando tocó salir de Sidi Ifni, Manolo no comprendía por qué los ifneños lloraban. Luego, entendió que Marruecos planeaba una invasión sobre Ifni, como haría años después con el Sáhara.
Su llegada a la adolescencia coincide con la salida de los españoles del Sáhara y la invasión marroquí en 1975. “Tenía 14 años y me empezó a interesar mucho el movimiento saharaui”, explica. Fue, entonces, cuando comenzó a guardar las páginas de periódicos en las que se hablaba del Sáhara. Desde que tenía algún duro en la cartera le daba salida comprando algún libro en el que se hablara del país africano. Manuel recuerda que en aquellos años la bibliografía sobre el Sáhara era escasa “y lo que había era sobre el conflicto. Para buscar sobre historia, geografía y etnografía, los estudiosos y coleccionistas tienen que recurrir, sobre todo, a estudios de militares españoles que tienen una bibliografía extensa sobre temas como las rutas caravaneras o los pozos en el Sáhara…”.
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