La decisión de la Comisión Europea de permitir que productos procedentes del Sáhara Occidental ocupado aparezcan como marroquíes ha generado una reacción sin precedentes en el sector agrícola europeo. Cooperativas, productores, organizaciones agrarias y asociaciones hortofrutícolas denuncian un fraude de origen que pone en riesgo la transparencia del mercado, la competencia leal y la supervivencia de miles de explotaciones. El campo europeo, que ya opera bajo fuertes presiones económicas, considera la medida un golpe directo que favorece a Marruecos y blanquea la ocupación del territorio saharaui.

Lo que Bruselas presenta como una simple “actualización técnica” es visto por agricultores, cooperativas y organizaciones hortofrutícolas como un intento de blanquear la ocupación marroquí y alterar las reglas del juego en uno de los sectores más sensibles de la economía europea. Y lo hacen justo cuando el Parlamento Europeo ha estado a un solo voto de frenar este plan.

Un rechazo transversal: el campo dice basta

Los productores de frutas y hortalizas de la UE —recogidos por Empresa Exterior— han denunciado que la Comisión está extendiendo privilegios comerciales a un territorio ocupado, alterando el mercado y generando un precedente peligroso. Para el sector, permitir que el origen real se oculte bajo denominaciones marroquíes supone erosionar la trazabilidad, que es la base de la confianza del consumidor europeo.

FEPEX, una de las principales voces del sector hortofrutícola español, ha alertado desde Agrodiario de que cambiar una norma europea “a favor de un país tercero” rompe la coherencia jurídica de la UE y abre la puerta a que Marruecos reciba un trato excepcional al margen de la legalidad. Para la federación, esta reforma desarma a los productores europeos en un momento de precios hundidos y costes desbocados.

ASAJA ha denunciado el “golpe” que supone el nuevo etiquetado, subrayando que no se puede exigir cada vez más al agricultor europeo mientras se permite que productos importados —producidos bajo condiciones distintas— entren en el mercado sin indicar su verdadero origen. Desde el sector se advierte que esta medida agravará la ruina de muchas explotaciones y favorecerá el hundimiento de los precios.

También Unión de Uniones ha reaccionado con dureza: insiste en que el Sáhara Occidental no es Marruecos y que cualquier intento de enmascarar el origen real constituye un “artificio legal” que traiciona la transparencia que la UE exige a productores y consumidores.

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El sur de Europa, en pie de guerra

En zonas agrícolas especialmente sensibles, como Almería, Huelva o Murcia, las reacciones han sido aún más directas. Productores de invernadero y cooperativas hortícolas —recogidos por Agrodiario Huelva— alertan de que el nuevo etiquetado supone una “competencia desleal objetiva”, capaz de inundar el mercado con productos más baratos, sin las mismas exigencias laborales o ambientales, deteriorando el tejido productivo de miles de familias.

Las organizaciones europeas del sector —COPA-COGECA, AREFLH y Eucofel— también han alzado la voz: ven en la reforma una amenaza directa para la sostenibilidad del campo continental. Advierten de que Bruselas está permitiendo una excepción arbitraria que favorece a operadores que trabajan en el Sáhara Occidental sin cumplir los estándares europeos. En resumen: reglas diferentes para competir en el mismo mercado.

Desde la prensa generalista, 20Minutos recogía otro mensaje central del campo español: “Favorece la competencia desleal”. Y eso es lo que más duele en un sector que lucha diariamente contra los bajos precios y los costes de producción disparados.

Lo que denuncia el campo no puede ignorarse

Todas estas voces coinciden en varios puntos esenciales:

• El etiquetado propuesto oculta el origen real de los productos, confundiendo a consumidores y vulnerando el derecho a la información.
• Se abre la puerta a un fraude de origen estructural: productos saharauis vendidos como marroquíes.
• La medida favorece a grandes operadores que trabajan en el Sáhara Occidental, donde no se aplican las normas sociales y ambientales europeas.
• Se pone en peligro a miles de explotaciones familiares en España, Francia, Italia, Portugal y Grecia.
• Se ignoran las sentencias del Tribunal de Justicia de la UE, que establecen que el Sáhara Occidental no forma parte de Marruecos.

Para quienes defienden la legalidad internacional y los derechos del pueblo saharaui, estas reacciones del campo europeo son especialmente importantes: demuestran que lo que está en juego no es sólo una cuestión jurídica o diplomática, sino también económica, social y moral.

La agricultura europea —y particularmente la española— está diciendo alto y claro que no aceptará que Bruselas blanquee la ocupación del Sáhara Occidental a costa de su supervivencia.

Plataforma «NO TE OLVIDES DEL SAHARA OCCIDENTAL»

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Reacciones del sector agrícola europeo y español (noviembre 2025):

1. FEPEX (Agrodiario): alerta de que cambiar una norma “a favor de un país tercero” es un grave precedente y erosiona la trazabilidad.
2. ASAJA: considera la decisión un “golpe al campo” y un ataque directo a la competitividad del agricultor europeo.
3. Unión de Uniones: avisa de que permitir que productos saharauis aparezcan como marroquíes es un “artificio legal” que traiciona la transparencia.
4. Cooperativas hortícolas del sur de España (Agrodiario Huelva): hablan de “competencia desleal objetiva” y riesgo de inundación del mercado con importaciones baratas.
5. COPA-Cogeca: advierte de que la reforma amenaza la sostenibilidad del campo europeo y crea desigualdad normativa.
6. AREFLH: afirma que el etiquetado confuso vulnera el derecho de los consumidores a conocer el origen real de sus productos.
7. Eucofel: denuncia que Bruselas favorece a operadores que trabajan en el Sáhara ocupado sin cumplir estándares europeos.
8. Productores europeos (20Minutos): señalan que permitir a Marruecos cambiar el origen “favorece la competencia desleal”.
9. Asociaciones de productores de tomate y pimiento del arco mediterráneo: alertan de que la medida hundirá precios y destruirá empleo en invernaderos, explotaciones y cooperativas.