España sigue siendo la potencia administradora de las zonas ocupadas del Sáhara Occidental y el responsable de poner fin al proceso de descolonización.
En un análisis publicado por la Academia Judicial Internacional del Instituto Americano de Derecho Internacional, el ex Secretario General Adjunto para Asuntos Jurídicos de la ONU, Hans Corel, señalaba el reconocimiento al Sáhara Occidental como Estado soberano como una solución acorde al Derecho internacional para dar fin a uno de los conflictos más antiguos en el continente africano y que representa un verdadero obstáculo para la integración y estabilidad del Magreb.
El enfoque de este experto coincide con la decisión tomada por el pueblo saharaui hace ahora 47 años, a través del Frente Polisario y el Consejo Nacional Saharaui, con la proclamación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), el 27 de febrero de 1976, tras la salida del último soldado español de la entonces Provincia 53 de España y la entrada de fuerzas invasoras lideradas por Marruecos.
Con la firma, el 14 de noviembre de 1975, de los ilegales Acuerdos Tripartitos de Madrid y el Inicio de la Marcha Verde (marcha negra para los saharauis), España planificó su deshonesta retirada del territorio, incumpliendo sus obligaciones jurídicas e internacionales y quebrantando la resolución 15/14 de la ONU.
El nacimiento de un país
En una inquietante operación de piratería y agresión a la legalidad internacional liderada por Madrid, los saharauis se apresuraron a llenar el vacío jurídico. Es entonces, cuando el Consejo Nacional Provisional anuncia ante el mundo, desde la ciudad de Bir Lehlu, el nacimiento de la RASD como un nuevo Estado en África.
Aquí comienza una ofensiva colosal para buscar reconocimiento internacional y entablar relaciones al más alto nivel con países de todos los continentes. El 28 de febrero de 1976 Madagascar anuncia el reconocimiento a la RASD. Del 1 al 6 de marzo se suman Burundi y Argelia. En el primer aniversario de su proclamación, los saharauis cuentan ya con el reconocimiento y relaciones diplomáticas con 10 países.
Pese a la superioridad numérica de sus adversarios, el Frente Polisario logra sentarse en la mesa de dialogo con Mauritania y firmar en 1979 un acuerdo de paz y fin de las hostilidades. Mauritania anula sus aspiraciones expansionistas sobre el territorio saharaui, y el 27 de febrero de 1984 anuncia su reconocimiento a la RASD. Con este país ya se sumaban 57 reconocimientos llegados de todos los continentes.
La RASD, con amplio reconocimiento en África y asfixiando al régimen de ocupación marroquí en el campo militar, invierte grandes esfuerzos diplomáticos para conquistar su puesto natural como miembro de la OUA -Organización para la Unidad Africana-, marginando a Marruecos en el escenario internacional por su ocupación.
De acuerdo con uno de sus principios básicos, el de poner fin al colonialismo como “uno de los males en el continente”, en la cumbre de la OUA en Monrovia (1980) la mayoría de países africanos dan una sorpresa a la comunidad internacional y votan a favor de la incorporación de la RASD a la organización continental. Se castigaba así la intransigencia de Marruecos y los países africanos señalaban ya la vía de solución para el conflicto: el Estado saharaui como respuesta definitiva y acorde a las aspiraciones de la población del territorio.
La RASD: de África a Latinoamérica
Durante la década de los 70, mientras se intensificaba la ofensiva militar y la batalla diplomática en África, la RASD puso también sus vistas al otro lado del Océano Atlántico, contactando con diversas fuerzas políticas y gobiernos latinoamericanos y caribeños en busca de reconocimiento y la posibilidad de entablar relaciones.
Aprovechando los rasgos históricos compartidos y una visión basada en el respeto a la legalidad internacional, la RASD no tardó en presentarse como un aliado sólido y seguro en la región. Hoy en día, la RASD cuenta con el reconocimiento de 29 Estados del continente y ocho embajadores acreditados, lo que hace que sea uno de los países africanos con más presencia diplomática en Latinoamérica y el más férreo defensor de los lazos que unen a los países latinos con los pueblos africanos. En el seno de la UA la RASD ha defendido en varias ocasiones los puentes que unen a ambas orillas del Atlántico y la necesidad de fortalecer las vías de intercambio y cooperación.
Obligados a tomar las armas, aspiramos a una solución justa, duradera, respetando las aspiraciones del pueblo saharaui y cumpliendo la legalidad internacional
Aunque Latinoamérica tampoco ha quedado al margen de la batalla diplomática. Múltiples lobbies y funcionarios marroquíes buscaron erosionar el reconocimiento saharaui mediante métodos poco éticos que el escritor Fernando de Contreras caracterizaba como “la política del cheque”, algo que también ha practicado en el resto de latitudes del mundo.
Diplomacia saharaui y del Frente Polisario en Europa
El viejo continente es una zona que cuenta con un importante despliegue diplomático saharaui. Al no contar con el reconocimiento como Estado en ningún país comunitario, el pueblo saharaui está presente a través de las Delegaciones, su legítimo representante. El Frente Polisario cuenta con oficinas en todas las capitales.
España, por su responsabilidad histórica, jurídica y ética en el conflicto, es el frente de batalla diplomática más importante. Aquí, el Frente Polisario cuenta con densa red coronada por una Delegación a nivel estatal y Delegaciones en todas las Comunidades Autónomas.
España, desde el punto de vista legal, sigue siendo la potencia administradora de las zonas ocupadas del Sáhara Occidental; así como responsable de poner fin al proceso de descolonización. La diplomacia saharaui ha invertido esfuerzos ingentes para mantener la presión sobre el Reino de España hasta que asuma su responsabilidad.
Pese a las promesas incumplidas, el pueblo saharaui ha salido reforzado
Tras la firma del Alto el fuego y la entrada en vigor del “Plan de Arreglo” (1991) que implica la celebración del referéndum aceptado por la parte ocupante, la RASD aprovecha la tregua militar para centrar sus esfuerzos en hacer cumplir la legalidad internacional y hacer frente a las necesidades de la población saharaui.
A pesar del incumplimiento de los compromisos de la comunidad internacional para hacer avanzar el proceso, el pueblo saharaui no se ha detenido ni un solo instante para seguir dejando claro que el único marco viable es la total independencia del Sáhara Occidental. Por ello, la RASD se ha ido consolidando de manera continuada tanto en las zonas liberadas y como en las zonas ocupadas.
Ahora que el mundo mira de nuevo al pueblo saharaui tras la reactivación de la lucha armada, la ilegal declaración de Trump y el vergonzoso giro de Pedro Sánchez, los actores que han estado vinculados al conflicto asumen el fracaso de una ecuación mal elaborada. Aquellos que pensaron que el “Plan de Arreglo” sería una buena estrategia para lograr la rendición del pueblo saharaui, se olvidaron de que los “hijos de las nubes” son hombres y mujeres que han derramado su sangre para delimitar unas fronteras que ya son inalterables.
Obligados a tomar las armas, aspiramos a una solución justa, respetando las aspiraciones del pueblo saharaui; duradera, cumpliendo la legalidad internacional; mutuamente aceptable, con la RASD y Marruecos colaborando con los países vecinos para el desarrollo de la región.
(*) Periodista saharaui
Origen: El Frente Polisario no se rendirá | Mundo Obrero