El Frente POLISARIO recuerda que la única solución consensuada es el ejercicio del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui
Ante el reciente discurso del rey Mohamed VI con motivo de la Fiesta del Trono, en el que propone una “solución consensuada” para el conflicto del Sáhara Occidental “sin ganadores ni perdedores”, el Frente POLISARIO y el Gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática han recordado que esa solución ya fue acordada en 1991 bajo los auspicios de las Naciones Unidas y la Unión Africana: se trata del referéndum de autodeterminación libre y con garantías.
En un comunicado oficial, el Frente POLISARIO subraya que el “consenso” verdadero no se basa en fórmulas vagas ni en iniciativas unilaterales como el llamado plan de autonomía marroquí, sino en el respeto al derecho internacional. La vía justa y democrática sigue siendo permitir al pueblo saharaui decidir su futuro libremente, tal como establecen múltiples resoluciones de la ONU, la legalidad internacional y el Acuerdo de Alto el Fuego firmado por las partes.
“Una solución sin vencedores ni vencidos —afirma el comunicado— no puede basarse en la imposición ni en la negación del derecho a la autodeterminación, sino en su ejercicio efectivo”. En este sentido, el Frente POLISARIO reitera su disposición a entablar negociaciones directas y creíbles con Marruecos, bajo auspicio exclusivo de las Naciones Unidas, y sin condiciones previas, para alcanzar una salida política justa que respete la naturaleza jurídica del Sáhara Occidental como territorio no autónomo pendiente de descolonización.
El Frente POLISARIO recuerda que la MINURSO fue creada precisamente con ese mandato: organizar un referéndum de autodeterminación. Cualquier intento de desviar esa hoja de ruta —bajo pretexto de soluciones vagas o intereses bilaterales— carece de legitimidad y sólo perpetúa el conflicto.
La respuesta saharaui, firme y abierta al diálogo, es también una llamada a la comunidad internacional: es hora de actuar con coherencia, abandonar los dobles raseros y respetar el principio fundamental que ha guiado todos los procesos de descolonización en el mundo.
El Sáhara Occidental no necesita declaraciones ambiguas, sino el cumplimiento de un compromiso claro: permitir a su pueblo decidir su destino en libertad.