En los días 18, 20 y 23 de febrero de 1976, la aviación marroquí bombardeó el campamento de »Um Draiga» con fósforo blanco y napalm, armas que queman la piel y llegan a deshacer la carne y los huesos. El resultado fue de entre 2.000 y 3.000 muertos. Entre ellos niños, mujeres y ancianos quemados y descompuestos por los bombardeos que querían borrar del mapa a la población saharaui en una limpieza étnica. Además, hubo más de 300 heridos. Los saharauis que fueron víctimas de este brutal atentado estaban huyendo de las tropas marroquíes hacia Argelia, quien se ofreció a acogerlos.
Según los testimonios de los pocos supervivientes, los bombardeos duraron 48 horas, regresando los cazas en varias ocasiones al campamento de »Um Draiga» para continuar con la masacre. Más allá de todas las barbaridades y atrocidades que el ejército de Marruecos perpetró en el Sáhara Occidental, el fósforo y el napalm eran además armas prohibidas en el ámbito del derecho internacional.
Estos párrafos son un extracto del artículo original de ECSaharaui que puedes ller completo en : Marruecos y el genocidio saharaui del que nadie quiere hablar – ecsaharaui.com