
El Gran Marruecos: el expansionismo insaciable como amenaza
El concepto del Gran Marruecos fue desarrollado en 1956 por Allal El Fassi, presidente del partido Istiqlal (Independencia, en árabe). La cartografía que defendió entonces extendía sus dominios hasta el río Senegal, en la frontera con la república homónima, e incluía la actual Mauritania, el Sáhara Occidental -colonia española hasta 1976 y territorio por descolonizar según la ONU-, el Sáhara oriental -dentro de las fronteras de Argelia– y partes de Mali. “Fue él el inventor del concepto y del mapa, publicado en 1956 por el periódico oficial de su partido”, recuerda en conversación con El Independiente Maati Monjib, historiador marroquí.
«Fronteras históricas»
Marruecos selló precisamente su independencia en 1956. Y entre la élite política de entonces se propagó la idea de que el Gran Marruecos había “una realidad política y geográfica hasta el siglo XIX”, explica Monjib. “Algunos historiadores y líderes nacionalistas consideraban que, tras la independencia, el país debía retornar a sus fronteras históricas. El país había sido gobernado por el sultán de Fez y Marrakech”, agrega.

Portada del semanario Maroc Hebdo.
Una realidad internacional que sigue desafiando el concepto del nacionalismo marroquí, con la idea de nuevo en primera plana en el país vecino. En marzo el semanario Maroc Hebdo desempolvó el mapa y lo llevó a portada bajo el titular “El verdadero problema está aquí: el Sáhara oriental, la manzana de la discordia entre Marruecos y Argelia”. “Territorio marroquí anexionado por el colonizador a Argelia, entonces departamento francés, el Sáhara Oriental es la razón tácita del conflicto entre Rabat con Argel. Una cuestión que la junta militar argelina intenta enterrar”, explicaba la publicación política editada en Casablanca muy conectada con el poder que rige los designios del país.
Esta cuestión del Gran Marruecos ha determinado, si se quiere, las fronteras políticas del país, pero ha enturbiado las aguas porque no sabemos a qué se refiere Marruecos
Khadija Mohsen-Finan, POLITÓLOGA especialista en el Magreb
Origen de una vecindad incómoda
La recuperación pública del litigio territorial con Argelia está marcada por las tensiones con el país vecino. En agosto de 2021 Argel dio por rotas las relaciones diplomáticas con Rabat alegando “actos hostiles”, entre ellos, el espionaje a altos cargos argelinos mediante Pegasus. La razón más notoria es, sin embargo, el largo contencioso del Sáhara Occidental.
Argelia es desde 1975 el principal apoyo internacional del Frente Polisario y su lucha por la descolonización de un territorio bajo ocupación marroquí. Desde hace tres años los lazos se han deteriorado sensiblemente, con el cierre del espacio aéreo argelino a los aviones marroquíes, la cancelación del suministro de gas y las continuas disputas en público.
El dossier que ahora vuelve a enfrentar a Marruecos y Argelia parecía saldado. “Algunos lo continúan reclamando pero en la década de los 70 del siglo pasado Hasán II mantuvo varios encuentros con el entonces presidente de Argelia y reconoció las fronteras actuales”, recuerda Monjib. “Fue una decisión muy antipopular en Marruecos, no sólo de movimientos como el partido Istiqlal sino también del propio ejército. Hay historiadores que mencionan ese acuerdo como la razón de las dos intentonas golpistas en 1971 y 1972 contra Hasán II”.
El mapa, no obstante, olvida intencionalmente buena parte del mapa: Mauritania y partes de Mali. “¿Por qué no añaden ya Mauritania? Cuando hay alguien del partido del Istiqlal que habla de Mauritania es laminado por la prensa pro régimen”, señala Ali Lmrabet, periodista marroquí exiliado en España. “Es una manera de meterse con Argelia y ahí vamos a un territorio desconocido. El Sáhara oriental no es ni siquiera un conflicto que figure en la ONU. Es parte de una estrategia que también incluye el intento marroquí de apoyar Cabilia [región histórica del norte de Argelia poblada mayoritariamente por bereberes]. Son pequeñas provocaciones marroquíes para intentar equilibrar el tema del Sáhara Occidental”. Rabat reconoció al estado de Mauritania en 1969, cerca de nueve años después de haber declarado su independencia.
Lo que los marroquíes ven lo reclaman como propio y de lo que han oído, dicen querer la mitad
Abdelmadjid Tebboune, PRESIDENTE DE ARGELIA
En una entrevista reciente, el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune resumió las ambiciones de Marruecos: “Lo que ven lo reclaman como propio y de lo que han oído, dicen querer la mitad”. Las relaciones bilaterales, reconoció, se hallan “en un punto de no retorno” y han terminado salpicando por motivos diferentes a España y Túnez. En el caso tunecino, su dependencia del gas argelino y la delicada situación política y económica -agravada ahora por los efectos de la sequía- le han aproximado al vecino. La visita el año pasado del líder del Frente Polisario Brahim Ghali dio la puntilla a las relaciones marroquíes-tunecinas. En el español, el histórico cambio de posición del Gobierno en el contencioso del Sáhara Occidental en respaldo a las tesis de la autonomía marroquí ha provocado la ruptura con Argelia.
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