Desde el primer momento de la irrupción del ejército marroquí contra los civiles saharauis que protestaban pacíficamente en la brecha ilegal de Gargarat, la diáspora saharaui en Europa elevó el nivel de movilización y consiguió efectuar manifestaciones y concentraciones multitudinaria en las principales ciudades europeas.
De esta forma, urbes como Sevilla, Madrid, Valencia, Barcelona, Vitoria, Bilbao, Burdeos, París, Bruselas, Berlín, etc, se han visto inundadas con banderas saharauis, por lo que sus principales medios de comunicación tuvieron que hacer eco y abordar la cuestión del Sahara Occidental, especialmente, los elementos que llevaron a la reanudación de la guerra: la intransigencia del régimen marroquí.
Las manifestaciones de la diáspora saharaui en Europa, pese de la tensión y la ira generada por la pasividad de Naciones Unidas, se caracterizaron por su pacifismo, civismo y su ambiente festivo.
Todas han sido convocadas después de haber solicitado los permisos pertinentes, tanto para el uso del espacio público, como en lo relativo a las medidas que impiden la expansión del virus, Covid-19.
Para culminar la tarea, las embajadas marroquíes en las principales ciudades europeas organizaron grupos de matones, extremadamente violentos, para intimidar y amedrentar a los saharauis que querían aportar a su causa mediante vías cívicas y pacíficas.
Escasos días después, en Bruselas, los saharauis tuvieron que soportar una embestida similar llevada a cabo por delincuentes marroquíes perteneciente a la embajada marroquí en Bélgica, como afirmó el propio eurodiputado, Miguel Urbán, presente en la concentración. A diferencia de la actuación policial francesa, la Policía belga respondió con contundencia.
En fin, el acoso de las embajadas marroquíes vía sus matones contra la diáspora saharaui es un hecho que refleja la naturaleza violenta y expansionista del régimen. Los aparatos de seguridad europeos, indica una fuente saharaui a El Portal Diplomático, deben suministrar las suficientes garantías, tanto a la diáspora como al movimiento solidario con la causa saharaui.
“La diáspora saharaui es un elemento que marca la diferencia, es una vía por la que se difunde la voz del pueblo saharaui, por eso es uno de los objetivos del régimen marroquí”, finaliza la fuente consultada por este medio.