En esta ocasión, se izó la bandera saharaui en la fachada del Ayuntamiento, lo que demuestra el firme apoyo del municipio a la causa del pueblo saharaui.

Este evento, que reunió a un numeroso público así como a numerosas personalidades políticas, tuvo lugar en presencia del Sr. Alban Bruneau, alcalde de Gonfreville l’Orcher, del diputado Jean-Paul Lecoq, del Sr. Serge Le Bret, presidente del Comité de Hermanamiento, del Sr. Mohamed Ali Zerouali, representante del Frente Polisario en Francia, familias de acogida, niños saharauis y representantes de la prensa local.

Durante 32 años, una operación de hermanamiento ha unido la ciudad de Gonfreville l’Orcher con el distrito de Jreifiya, en el Sáhara Occidental. Cada verano, niños saharauis refugiados son acogidos por familias de Gonfreville, forjando vínculos marcados por la solidaridad, la dignidad, el respeto y la tolerancia.

En su discurso de bienvenida, el Sr. Alban Bruneau, alcalde de Gonfreville l’Orcher, recordó los lazos históricos que unen a la localidad con la daira de Jreifiya. Reafirmó el apoyo incondicional del municipio a la legítima lucha del pueblo saharaui, a la vez que expresó su sincero agradecimiento a las familias anfitrionas: «Sin su generosidad y compromiso, este acto de solidaridad no habría sido posible», enfatizó.

El diputado Jean-Paul Lecoq, defensor desde hace tiempo del pueblo saharaui, denunció el apoyo del presidente francés a las posiciones expansionistas de Marruecos y llamó a Francia y a la comunidad internacional a asumir sus responsabilidades respecto al Sáhara Occidental: «Francia, miembro permanente del Consejo de Seguridad, debe respetar la legalidad y el derecho internacional», afirmó.

Por su parte, el Sr. Mohamed Ali Zerouali expresó su gratitud a la ciudad, a sus residentes y a las familias de acogida, y elogió especialmente el apoyo incondicional del alcalde y del diputado Jean-Paul Lecoq. Recordó que estos niños son verdaderos embajadores de la causa saharaui, portadores de un mensaje de resistencia y paz: «La hospitalidad de las familias de acogida ofrece mucho más que unas vacaciones: brinda un soplo de esperanza y una valiosa experiencia humana».

El Sr. Serge Le Bret, presidente del Comité de Hermanamiento, agradeció efusivamente a las familias anfitrionas y a los voluntarios su dedicación, enfatizando la necesidad de continuar con este compromiso solidario a pesar de las dificultades: «Esta acción, que dura más de tres décadas, es un ejemplo de fraternidad y humanidad que tenemos el deber de mantener vivo». (SPS)