El muro de Berlin desapareció: Existen otros por demoler

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El muro de Berlin desapareció: Existen otros por demoler

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El muro de la vergüenza marroquí

En 2.735 kilómetros de recorrido, sujeto a una férrea y permanente presencia militar de la Monarquía marroquí, esta barrera, denominada por el pueblo saharaui como el “Muro de la Vergüenza” tiene enormes similitudes a la ocupación y construcciones implementadas por Israel con los territorios palestinos, que sufren la presencia de una potencia ocupante como es Israel. Uno de esos paralelismos y amplificada a niveles dramáticos, es la construcción de esta creación que se extiende a lo largo del Sahara Occidental y que separa a los territorios liberados de la República Árabe Saharaui Democrática de aquellos territorios ocupados por Marruecos. Inspirada en la Línea Bar Lev, que Israel construyó a lo largo del canal de Suez y cuya experiencia, con sus técnicos y la ayuda financiera de la monarquía saudí permitió a la Monarquía Alauita construir este esperpento represivo en varias fases.

Son 2.735 kilómetros de muro, con una altura de 3 metros, dotado de fosos, muros de piedra, alambradas, campos minados, fortificaciones militares, 160 mil miembros del ejército marroquí, armamento y tecnología de última generación, que divide a los legítimos dueños de esas tierras de sus hermanos, que habitan los territorios liberados y los campamentos en Tindouf, en territorio argelino. Cada cinco kilómetros este muro tiene acuartelada una compañía de infantería y cada 15 kilómetros un radar y baterías de artillería (definidos desde radares del tipo rasura hasta aquellos artilugios como el AN/PPS-15 que detecta movimientos hasta un alcance de 60 kilómetros). Dotados de armamento vendidos por la propia España – potencia que debía garantizar el referéndum crónicamente postergado – a contrapelo de las decisiones judiciales al respecto.

El muro mencionado no es una única construcción, sino que está conformado por ocho segmentos, que se han ido erigiendo entre los años 1982 a 1987. Una barrera militar, que a un costo diario de 4 millones de dólares – financiados con los recursos naturales extraídos y robados al pueblo saharaui: Fosfato, caladeros pesqueros– da muestra que la Monarquía Alauita sigue empeñada en cercenar los derechos a todo un pueblo, a contrapelo de la legislación internacional y del legítimo derecho de un pueblo de retornar a lo que le pertenece y defender el denominado triángulo útil, que comprende la zona de explotación de fosfatos, las ciudades saharauis y la frontera con los territorios liberados por la RASD.

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