El Plan de Arreglo de la ONU y la OUA de 1991: La Solución Realista y Práctica para el Conflicto del Sáhara Occidental – Victoria G. Corera

El Plan de Arreglo de la ONU y la OUA de 1991: La Solución Realista y Práctica para el Conflicto del Sáhara Occidental – Victoria G. Corera

El conflicto del Sáhara Occidental ha perdurado más de cuatro décadas, siendo un testimonio de la resistencia del pueblo saharaui ante la ocupación y las disputas por la autodeterminación. A pesar de los esfuerzos internacionales por alcanzar una solución pacífica y justa, este conflicto sigue sin resolverse. En este contexto, el Plan de Arreglo de la ONU y la OUA de 1991 sigue siendo la opción más realista y práctica para poner fin a la disputa, y aún se considera como el camino que debe seguirse para garantizar una resolución definitiva, a pesar de que su implementación ha sido saboteada por las acciones de Marruecos y sus aliados.

El Plan de Arreglo de 1991: El camino hacia la autodeterminación

En 1991, las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de la Unidad Africana (OUA) adoptaron un Plan de Arreglo diseñado para poner fin al conflicto del Sáhara Occidental. Este plan se basaba en la celebración de un referéndum de autodeterminación, en el que los saharauis decidirían su futuro político: optar por la independencia o integrarse a Marruecos. El Plan también contemplaba la creación de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO), cuyo objetivo principal era supervisar el alto el fuego y organizar el referéndum, garantizando que se respetaran los derechos del pueblo saharaui.

El Plan fue una solución enraizada en el derecho internacional, específicamente en el derecho de autodeterminación de los pueblos, un principio consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y en numerosas resoluciones internacionales. El compromiso de la comunidad internacional, mediante la ONU y la OUA, reflejaba un reconocimiento explícito del derecho del pueblo saharaui a decidir su futuro. Sin embargo, el obstáculo más grande para la implementación del Plan ha sido la postura de Marruecos, que se ha negado de manera reiterada a permitir que se lleve a cabo el referéndum prometido.

El bloqueo de Marruecos: Sabotaje a la legalidad internacional

A pesar de que el Plan de Arreglo fue adoptado con el consenso internacional, su implementación se ha visto gravemente bloqueada por Marruecos. Desde el principio, el reino alauí comenzó a poner obstáculos a la celebración del referéndum, comenzando por el tema del censo electoral. Marruecos insistió en que solo los habitantes del Sáhara Occidental que llegaron después de la ocupación de 1975 pudieran participar, excluyendo a aquellos saharauis que habían sido desplazados o que se encontraban en el exilio. Esta exclusión violaba el principio fundamental del Plan, que garantizaba el derecho de todos los saharauis a decidir su futuro político.

El obstáculo más significativo, sin embargo, ha sido la negativa de Marruecos a permitir la realización del referéndum sobre la autodeterminación. A lo largo de los años, Marruecos ha utilizado su influencia política, económica y militar para presionar a la comunidad internacional a que acepte su soberanía sobre el Sáhara Occidental, ignorando sistemáticamente las resoluciones de la ONU que instan a la celebración del referéndum. De hecho, el bloqueo de Marruecos ha convertido al país en el principal responsable de la perpetuación del conflicto y el principal obstáculo contra la legalidad internacional, contraviniendo el derecho de los saharauis a decidir su futuro de acuerdo con los principios de la Carta de las Naciones Unidas.

El pueblo saharaui ha manifestado su frustración ante la inacción de la comunidad internacional. Han pasado veintinueve años desde la entrada en vigor del alto el fuego supervisado por la ONU, tal como fue acordado en el Plan de Arreglo de la ONU-OUA, pero el referéndum de autodeterminación nunca se ha celebrado. Como se señala en el comunicado del Frente Polisario, Marruecos ha incumplido reiteradamente sus compromisos y ha persistido en sus esfuerzos para socavar el plan de paz. A pesar de las resoluciones del Consejo de Seguridad, Marruecos continúa con acciones desestabilizadoras e ilegales que violan los acuerdos alcanzados.

El fracaso del referéndum: Una promesa incumplida

La promesa de un referéndum de autodeterminación ha quedado en suspenso por más de 30 años debido a la negativa de Marruecos a permitir la realización del proceso. A pesar de los esfuerzos de la ONU para superar los obstáculos y organizar el referéndum, el censo no ha sido acordado, y las negociaciones han caído en un callejón sin salida. Marruecos ha condicionado la celebración del referéndum a que se reconozca su soberanía sobre el territorio, una postura que niega el derecho a la autodeterminación de los saharauis y desafía el orden internacional.

El fracaso de la comunidad internacional para obligar a Marruecos a cumplir con las resoluciones de la ONU ha dejado a los saharauis atrapados en un limbo. Mientras tanto, los refugiados saharauis en Tinduf, al sur de Argelia, siguen viviendo en condiciones de extrema precariedad, sin esperanza de que su derecho a la autodeterminación se haga realidad. La ONU, al no lograr que Marruecos cumpla con sus compromisos, se ha visto incapaz de imponer una solución que respete los derechos fundamentales del pueblo saharaui.

El papel de la comunidad internacional: Inacción ante el bloqueo marroquí

La comunidad internacional ha sido testigo del bloqueo sistemático de Marruecos al Plan de Arreglo y a la autodeterminación del pueblo saharaui. A pesar de que muchas resoluciones de la ONU reiteran el derecho de los saharauis a decidir su futuro, el apoyo a la causa saharaui ha sido débil y disperso. Algunos países, especialmente aquellos con intereses estratégicos en Marruecos, como Francia y Estados Unidos, han sido tibios en su apoyo al referéndum y han brindado respaldo a la posición marroquí, lo que ha debilitado la presión internacional sobre el reino alauí.

Este apoyo internacional a Marruecos ha sido crucial para que el país pueda mantener su ocupación del Sáhara Occidental y continuar con la negación de los derechos de los saharauis. A pesar de las resoluciones de la ONU, el Consejo de Seguridad ha sido incapaz de imponer sanciones a Marruecos o de tomar medidas efectivas para asegurar el cumplimiento de los acuerdos de 1991.

El Frente Polisario: Defensor de la autodeterminación y la legalidad internacional

Por otro lado, el Frente Polisario, como representante legítimo del pueblo saharaui, ha mantenido su compromiso con la resolución pacífica del conflicto, insistiendo en que el derecho de autodeterminación debe ser respetado. El Frente Polisario ha manifestado en repetidas ocasiones su disposición a trabajar dentro del marco del Plan de Arreglo, pero siempre bajo la premisa de que el referéndum debe ser libre, justo y transparente, sin injerencias externas ni manipulaciones.

A pesar de las dificultades, el Frente Polisario sigue siendo el defensor de la legalidad internacional en este conflicto. Enfrentado a la obstinación de Marruecos, el Frente ha sido un firme defensor de los principios establecidos por la ONU y la OUA en 1991, insistiendo en que el pueblo saharaui debe ser el único soberano de su destino.

El impacto humanitario: Un pueblo atrapado en la espera

El conflicto no solo ha tenido consecuencias políticas, sino también humanitarias. Los más de 170.000 refugiados saharauis que viven en los campamentos de Tinduf continúan padeciendo una vida de privaciones, sin acceso adecuado a recursos esenciales como agua, alimentos, educación o atención médica. Las generaciones más jóvenes, que nacieron en el exilio, ven cómo sus expectativas de un futuro mejor se desvanecen ante la falta de resolución del conflicto.

El Plan de Arreglo de 1991 prometía una solución para esta situación, pero la negativa de Marruecos a permitir la realización del referéndum ha perpetuado las condiciones de sufrimiento y esperanza rota de los refugiados saharauis.

El Plan de Arreglo: La clave para una resolución justa

El Plan de Arreglo sigue siendo, a pesar de los años de bloqueo, la solución más realista y práctica para resolver el conflicto del Sáhara Occidental. La celebración del referéndum es la única manera de garantizar que el pueblo saharaui pueda decidir libremente su futuro, en conformidad con las leyes internacionales y con los principios de autodeterminación reconocidos por la ONU.

El Frente Polisario, como se ha reiterado, espera que la ONU cumpla con su responsabilidad y permita que el pueblo saharaui ejerza su derecho inalienable a la autodeterminación e independencia. Han pasado veintinueve años desde que se firmó el alto el fuego, pero las promesas siguen sin cumplirse. Es imperativo que el Consejo de Seguridad garantice el pleno respeto de los acuerdos y asegure que la MINURSO pueda operar de acuerdo con su mandato, vigilando los derechos humanos y facilitando la celebración del referéndum.