El comunicado que emitió el viernes el Gobierno de Marruecos sobre la carta enviada por Pedro Sánchez para restablecer las relaciones entre ambos países busca cerrar una crisis diplomática que dura más de un año. El paso dado por el Gobierno español se ha hecho a costa del pueblo saharaui y su derecho a la autodeterminación. El reconocimiento de la propuesta de autonomía marroquí como única base de solución, supone un aval a los Acuerdos ilegales de Madrid que abrieron la puerta a una ocupación militar del territorio y la huida masiva del pueblo saharaui hacia Argelia.

España denuncia con mucha energía la ocupación de Ucrania. Sin embargo, sus políticos se inclinan ante el rey de Marruecos y entregan el destino de un pueblo desterrado hace más de 40 años. Es la historia de Felipe González, Zapatero y Sánchez que han abalado una monarquía absoluta que sigue bombardeando civiles en el Sahara Occidental.

España denuncia con mucha energía la ocupación de Ucrania pero se inclina ante Mohamed VI

Si el ejército ruso asedia hoy a las ciudades de Kiev, Mariúpol y Járkov, Marruecos ha construido un muro de 2.700 kilómetros en el Sahara Occidental con millones de minas y ocupa a la fuerza las ciudades saharauis del Aaiún, Dajla, Smara y Bojador. Su violación de los derechos nace con la presencia de España en el Sáhara Occidental, cuando bombardeó el campamento de Umdragia en 1976 con bombas de napalm y fósforo blanco. Después, expulsó a la activista Aminetu Haidar y quemó el campamento de Gdeim Izik, a las afueras del Aaiún. Hoy mantiene bajo arresto domiciliario a Sultana Jaya y tiene condenados a más de veinte presos políticos saharauis a penas de entre veinte años y, en algún caso, cadena perpetua.

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