De niños soñábamos con ser mayores, con crecer y comernos el mundo. Con ir a la universidad y tener el trabajo por el que cualquiera suspiraría, nos envidiaría, lo querría para sí. Soñábamos con viajar hasta los confines de la tierra y con ser el alma de cada fiesta a la que fuéramos. Todos hemos pensado eso alguna vez. ¡Y quien diga que no, que levante la mano!
(…)
Leer artículo completo en: Enamorada. | 1niñosaharaui