España: la política del olvido para el Sahara Occidental | La tinta

España: la política del olvido para el Sahara Occidental | La tinta

La tinta entrevistó a Héctor Santorum, especialista en la cuestión saharaui, que habla sobre la responsabilidad de España en el conflicto y del poder marroquí que traba cualquier resolución al mismo.

“Refugiados olvidados”, eso es lo que son las mujeres y los hombres saharauis que hace casi cincuenta años sobreviven en los campamentos cercanos a la ciudad de Tinduf, en el sur de Argelia. Del otro lado de la frontera está su tierra, el Sahara Occidental, en su mayoría, ocupado ilegalmente por Marruecos desde 1975.

A la definición de “refugiados olvidados” la da Héctor Santorum, quien escribe, analiza y reflexiona sobre la cuestión saharaui desde el portal Nueva Revolución, de España. El periodismo de Santorum, que se convierte en un amplificador de las voces del pueblo saharaui, también se puede escuchar en Sahara Occidental Radio Revolución.

La historia del siglo XX ―y lo que va del XXI― de las y los saharauis es la historia de la colonización europea por el mundo. Y finalizada esa etapa de expolio y represión, la posta fue tomada por el reino de Marruecos. En la actualidad, España todavía es la “potencia administradora” del Sahara Occidental, una tierra bañada por el océano Atlántico que desde la costa se adentra en uno de los desiertos más inhóspitos del planeta.

En un extenso diálogo con La tinta, Santorum aborda la problemática saharaui, las responsabilidades que todavía hoy tiene el Estado español al respecto, la negativa de Marruecos de reconocer a un pueblo que tiene el derecho internacional a su favor y la actual guerra entre el Frente Polisario —el representante legítimo de las y los saharauis— y una monarquía bendecida por Estados Unidos y Europa.

hector-santorum-sahara-occidental
Héctor Santorum

—¿Por qué España niega el derecho a los saharauis a tener su propio Estado?

—Hay que recalcar que España no puede negar o dejar de negar nada, ni tampoco reconocer la soberanía de Marruecos sobre el territorio saharaui, cosa que además no ha hecho. España ha tomado desde la presidencia, es decir, desde el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), una posición que contraviene el derecho internacional, sosteniendo que el “plan de autonomía” presentado por Marruecos es la solución más viable, justa y duradera. España, obviamente, no reconoce a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), que es la base fundamental a la hora de reconocer a los saharauis, que en el año 1975 toman la determinación de ejercer su soberanía y su capacidad de decidir cómo quieren constituirse, y lo hacen como un Estado propio. De hecho, muchas veces se habla de la Djemaa (reunión o congregación), que en ese momento le dio la autoridad a Marruecos. No, la Djemma se disolvió y se unió al movimiento revolucionario del Frente Polisario. Es decir, la mayoría de la Djemma se empoderó. Ahí ya existe una base a la hora de entender esa situación.

Oficialmente, lo que se está haciendo en el territorio saharaui, en paralelo a los Acuerdos Tripartitos de Madrid, es un expolio de los recursos naturales, ya sea de la pesca, el fosfato, las arenas, etc. Además, España entorpece el proceso de autodeterminación del Sahara, porque sigue siendo la potencia administradora del territorio. Los Acuerdos Tripartitos de Madrid son considerados ilegales, porque no cedieron la soberanía de su territorio a los saharauis. España podría ayudar a que el pueblo saharaui pueda ejercer su derecho a la autodeterminación, como se contempla según las resoluciones de Naciones Unidas.

—¿Qué peso tiene el lobby marroquí dentro de España?

—Hay una posición del lobby dentro de España, en particular, en el PSOE, en contra de la autodeterminación. Tenemos a José Luis Rodríguez Zapatero (ex presidente español) haciendo campaña con el Movimiento Saharaui por la Paz (MSP). Esa organización es una pantalla del servicio de inteligencia marroquí (DGED). En esta campaña, están haciendo dos cosas: por un lado, respaldar la autonomía, que es la posición del MSP. Ellos, junto a Zapatero, hablan del diálogo, del entendimiento y dicen que cincuenta años en el exilio son demasiados. Siempre hablan de los años en el exilio, pero nunca hablan de los cincuenta años bajo ocupación militar de Marruecos y de las violaciones a los derechos humanos. Hay que tener en cuenta que el plan de autonomía ya ni siquiera es viable dentro de Marruecos, porque es una dictadura. Pero supongamos que es viable; el referendum contempla dos opciones: la integración a Marruecos o la creación y construcción de un Estado independiente. También se habla de la rigidez diplomática del Frente Polisario, parte del MSP y de Zapatero, quien es visto como progresista, pero es en realidad un cómplice de una dictadura. Pero no hay ninguna rigidez, sino que el pueblo saharaui se autoorganiza en un Estado. Y lo que hacen tras numerosos años de guerra, primero contra Mauritania y Marruecos, y después contra Marruecos, es que firman un plan de arreglo por el cual se va a realizar un referendum y, en ese plan, está la integración o la independencia. Es decir, están cediendo, dando un paso hacia atrás, para lograr la construcción de un Estado saharaui y que el pueblo saharaui pueda decidir su destino por vía de las urnas. Tras la firma de este plan de arreglo en 1988, Marruecos no acepta su aplicación y, por eso, tenemos una misión de la ONU en el territorio (MINURSO) que, desde hace muchos años, no aplica su mandato, que es la realización del referendum.

Como esta situación está en los foros internacionales, pero no hay ningún tipo de avances, lo que ha quedado para el pueblo saharaui es la guerra, porque son unos refugiados olvidados y cada vez su recorte de la canasta de alimentación es mayor, tienen peores condiciones de vida, aunque se hayan hecho avances en el suministro de agua. Pero no hay que olvidar que es un campamento de refugiados. Por eso, al pueblo saharaui solo le han dejado la vía armada, que está reconocida por el derecho internacional. Y si no fuera reconocida, sería igual de legítima.

—¿Cómo se explica la relación entre Marruecos y España con respecto al Sahara Occidental?

—La cuestión de fondo entre Marruecos y España es el Sahara Occidental. El primer viaje que siempre hacen los ministros y los presidentes de España es a Marruecos. Es un país fundamental para España. La mitad de las empresas del IBEX 35 (bolsa de valores española) operan en Marruecos. Incluso se hacen acuerdos para traer temporeras marroquíes para la cosecha de las fresas en Huelva. La mayoría de los conflictos que hay con Marruecos están asociados con la cuestión saharaui, pero también con la ideología expansionista marroquí, porque Marruecos quiere construir el Gran Magreb, que incluye el Sahara Occidental, Mauritania, regiones de Mali y de Argelia, y, en última instancia, Ceuta, Melilla y las Islas Canarias. Esto es algo que dicen los propios ministros marroquíes. Incluso lo han dicho ex ministros españoles que ahora están al servicio de Marruecos. Dicen cosas como que Ceuta y Melilla son una anomalía histórica. Pero es un territorio soberano español desde hace cientos de años. Ceuta y Melilla forman parte del territorio español, pero lo que quieren es dárselo a Marruecos. En las cuestiones de fondo con Marruecos, siempre están estos temas: Ceuta, Melilla, Canarias y el Sahara.

(…)

SEGUIR LEYENDO en: España: la política del olvido para el Sahara Occidental | La tinta