Agencias | ECSaharaui
Madrid (ECS).- La crisis diplomática entre España y Marruecos después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado 18 de marzo aceptara en una misiva remitida a Mohamed VI el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental, terminó con la vuelta a Madrid de la embajadora marroquí, Karima Benyaich, pero no un acercamiento entre las posturas de las dos países. El mismo día en que el Gobierno marroquí facilitaba la entrada en Ceuta de 10.000 emigrantes irregulares, Benyaich declaró desde Madrid que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias “y se tienen que asumir”.
En este contexto, el Ministerio del Interior de España publicó hoy sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden por la que se prorroga por quince días más el cierre de las fronteras terrestres con Marruecos en Ceuta y Melilla. Sánchez ha pospuesto, al menos hasta el próximo 15 de mayo, la reapertura de los pasos fronterizos a pesar del restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Rabat.
La intención inicial del Ejecutivo –de acuerdo con el periódico El Correo- era abrir este mismo domingo 1 de mayo los vallados al tránsito de mercancías y vehículos, tras más de 25 meses de un cierre total que comenzó en marzo de 2020 como medida de contención de la pandemia Covid-19, pero que tras abril de 2021 – a raíz de la crisis abierta entre los dos países por la decisión del Gobierno español de acoger al líder del Frente Polisario, Brahim Gali- se ha ido prolongando.
Según detalló en su momento el diario El País, el regreso a España de la embajadora marroquí podría servir para refutar la frase que la diplomática marroquí esgrimió antes de marcharse de Madrid: «en las relaciones entre países hay actos que “tienen consecuencias” y “se tienen que asumir”. La llegada a Ceuta de 10.000 emigrantes irregulares en plena pandemia no ha tenido ninguna consecuencia para Marruecos. De hecho, diez meses después de la crisis, Rabat ha enviado a la misma embajadora que había en esos momentos. Y permanece al mando del ministerio de Exteriores marroquí el mismo ministro que ejercía en esa época, Nasser Bourita, mientras su homóloga española, Arancha González Laya, fue cesada el pasado julio, tal como exigía Marruecos.
Rabat evitó no solo las consecuencias negativas de la crisis con España, sino que obtuvo diez meses después de aquella entrada masiva de inmigrantes la declaración más entusiasta jamás vista en un mandatario español respecto a las tesis de Marruecos sobre el Sáhara Occidental. Mohamed VI ha conseguido que Sánchez declare que la propuesta de autonomía para la antigua colonia de España es “la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso.”
Fuente: El Correo / EL País / ECSaharaui