Estados Unidos, Marruecos e Israel: la militarización del norte de África y el uso del Sáhara Occidental como moneda estratégica

Estados Unidos, Marruecos e Israel: la militarización del norte de África y el uso del Sáhara Occidental como moneda estratégica

En los últimos días se ha difundido la supuesta instalación de una base militar estadounidense en la zona de Amgala, cerca de Smara, en pleno Sáhara Occidental ocupado. Aunque no existe confirmación oficial ni verificación independiente de ese extremo, la noticia no surge en el vacío. Forma parte de un relato político cuidadosamente construido que apunta en una dirección muy concreta: la normalización de la ocupación marroquí del Sáhara Occidental mediante su integración en la arquitectura militar y geoestratégica occidental.

La presencia estadounidense: cooperación militar sí, base en el Sáhara no (por ahora)

Estados Unidos no es un actor neutral en el norte de África. Mantiene una presencia militar activa a través de acuerdos de defensa, ejercicios conjuntos, intercambio de inteligencia y acceso logístico en varios países de la región. Marruecos ocupa un lugar central en esta estrategia: es aliado principal de Washington fuera de la OTAN y coorganiza el ejercicio African Lion, uno de los mayores despliegues militares estadounidenses en África.

Pero conviene ser precisos: no hay pruebas de que Estados Unidos haya decidido instalar una base militar en Amgala o Smara, ni de que vaya a trasladar mandos estratégicos desde Europa al Sáhara Occidental. Presentar esa posibilidad como un hecho consumado responde más a una operación de propaganda que a una decisión militar confirmada.

Ahora bien, que hoy no exista una base no significa que el proceso de militarización y alineamiento estratégico sea ficticio. Al contrario: es real, progresivo y profundamente preocupante.

Marruecos como plataforma militar y política de Occidente

Marruecos lleva años intentando consolidarse como pieza clave del dispositivo de seguridad occidental en África, y lo hace combinando tres elementos: alianza militar con Estados Unidos, normalización estratégica con Israel y utilización del Sáhara Occidental como espacio de proyección.

Desde 2020, la cooperación militar entre Marruecos e Israel ha dado un salto cualitativo. Drones de fabricación israelí, sistemas de vigilancia avanzada y tecnologías de inteligencia se han incorporado al arsenal marroquí. El Sáhara Occidental ocupado se ha convertido en territorio de ensayo, control y demostración de fuerza, especialmente tras la ruptura del alto el fuego.

Nada de esto es casual. La ocupación se militariza mientras se intenta vender como “estabilidad” lo que en realidad es represión, control y violación sistemática de derechos humanos.

El Sáhara Occidental: laboratorio militar y pieza de cambio geopolítica

La narrativa que vincula bases militares, inversiones estadounidenses, consulados en Dajla y cooperación antiterrorista responde a una lógica clara: convertir un territorio pendiente de descolonización en un activo estratégico, despojándolo de su dimensión jurídica y política.

Bajo el pretexto de la seguridad regional y la lucha contra el terrorismo en el Sahel, se pretende blanquear una ocupación ilegal, ignorando deliberadamente el derecho internacional, las resoluciones de la ONU y las sentencias judiciales que niegan cualquier soberanía marroquí sobre el territorio.

La posible presencia militar extranjera en el Sáhara Occidental —aunque hoy sea solo una hipótesis interesadamente difundida— sería un paso gravísimo: significaría la internacionalización de la ocupación, con la complicidad directa de potencias que dicen defender el orden internacional basado en normas.

No es casual que Argelia perciba estos movimientos como una amenaza directa. No se trata solo de equilibrio regional, sino de impedir que el Sáhara Occidental sea definitivamente absorbido por una arquitectura militar que consolide los hechos consumados.

Propaganda hoy, hechos consumados mañana

No estamos ante una simple “opinión” ni ante una noticia aislada. Estamos ante un ensayo de legitimación. Hoy se habla de hipótesis, mañana de cooperación, pasado mañana de normalidad. Así se construyen los hechos consumados.

Puede que hoy no exista una base militar estadounidense en Amgala. Pero sí existe una convergencia estratégica entre Estados Unidos, Marruecos e Israel, y sí existe un uso deliberado del Sáhara Occidental como pieza sacrificable en el tablero geopolítico.

Frente a esta deriva, es imprescindible denunciar no solo lo que ya ocurre, sino lo que se está preparando: una ocupación cada vez más blindada, militarizada y protegida por alianzas internacionales que prefieren la “estabilidad” de la injusticia al cumplimiento del derecho.

El Sáhara Occidental no es un enclave estratégico ni un pasillo logístico. Es un territorio ocupado y un pueblo con derecho a decidir su futuro. Todo lo demás es propaganda.

Carlos C. García – PLATAFORMA «No te olvides del Sahara Occidental»


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