Por Carlos C. – Plataforma “No te olvides del Sáhara Occidental”

La noticia apareció primero en Africa Intelligence: los tan esperados F-16 Block 70/72 que Marruecos compró a Estados Unidos siguen sin fecha de entrega. Y no solo eso, Washington ha informado a Rabat de un nuevo aumento en el precio, a pesar de que el contrato se firmó en 2019. Para un país que presume de una “alianza estratégica” con EE. UU., este retraso empieza a ser incómodo, sobre todo cuando Marruecos lo utiliza mediáticamente para proyectar fortaleza militar en plena ocupación del Sáhara Occidental.

Según la información adelantada por Africa Intelligence, la cúpula militar marroquí descubrió en una visita a Washington que la entrega queda pospuesta sin horizonte claro. La sorpresa fue tal que el propio general Mohamed Gadih, junto a otros mandos de las Fuerzas Armadas Reales, pidió explicaciones urgentes. La respuesta fue aún más inquietante: la factura vuelve a subir debido al aumento de los costes de producción y a la falta de piezas críticas. Para apagar el incendio, Lockheed Martin envió a Rabat a altos responsables de su división de misiles y sistemas aéreos con la promesa de “acelerar” un proceso que ya acumula más de cinco años de incertidumbre.

El problema no es solo técnico. La industria militar estadounidense está sometida a una presión inédita por la proliferación de conflictos globales, lo que afecta a su capacidad de priorizar contratos. Y Marruecos no está precisamente en primera fila de esas prioridades, por mucho que Washington lo utilice como socio en su estrategia de contención regional. Esto explica el nerviosismo creciente en Rabat y el intento de Lockheed Martin por evitar un deterioro político de la relación, valorada en unos 3.800 millones de dólares.

Mientras tanto, el tiempo corre y otros actores aprovechan el hueco. Africa Intelligence señala que el consorcio sino-pakistaní que fabrica el JF-17 Thunder presiona para situarse como alternativa más barata al F-16. Pakistán lleva años intentando promocionar este aparato, sin lograr demostrar prestaciones comparables al modelo estadounidense. Aun así, la sola existencia de un competidor aumenta la inquietud en Rabat, que teme que la parálisis estadounidense debilite la imagen de “superioridad aérea” que tanto explota en el conflicto con el Frente Polisario.

Para el pueblo saharaui, la noticia revela una realidad conocida: la dependencia militar de Marruecos es absoluta y frágil. Cuando sus patrocinadores dudan, todo su edificio de propaganda tambalea. Y aunque el régimen seguirá comprando armas a cualquier precio, los retrasos y sobrecostes muestran que sus supuestos aliados actúan antes en función de sus intereses que de los deseos de Rabat. Otra prueba de que la ocupación del Sáhara Occidental se sostiene más por inercia y alianzas volubles que por una fuerza real capaz de imponer una “solución” duradera.

Origen: Maroc • Dans l’attente des F-16 américains, l’armée s’impatiente