Los cambios en el escenario global, agudizados por la guerra en Ucrania y los intereses de la geopolítica de Estados Unidos y la Unión Europea, han llevado a Pedro Sánchez y al ministro José Manuel Albares a posicionarse en favor de una propuesta de Marruecos para el Sáhara Occidental que ni es creíble ni respeta la legalidad internacional.

Este giro, que afecta a la relación con Argelia, se ha consumado sin debate previo ni la transparencia debida y en contra de la posición adoptada por el PSOE en su programa electoral y en las Resoluciones de su 40 Congreso. Así lo expresé en 2022 ante el Grupo Socialista del Congreso y en varios artículos. También el colectivo “Socialistas por el Sáhara” ha publicado un acertado manifiesto.

Los pronunciamientos de Donald Trump (diciembre de 2020) y luego Joe Biden en favor de la tesis marroquí, el apoyo de las monarquías del golfo Pérsico, las maniobras y chantajes del rey marroquí -con su lobby español-, la presión hacia Europa de las mafias con el tráfico de emigración irregular, la influencia de China y Rusia en Africa y el avance del terrorismo yihadista en la región del Sahel han forzado y estrechado, aún más, el discurso y el giro de España. Se sacrifican así las resoluciones de la ONU sobre la descolonización y el derecho a la libre determinación del Pueblo Saharaui que llevan años convertidas en papel mojado.

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