Las declaraciones del ex ministro marroquí surgieron en defensa del papel de su partido (PJD) en el acuerdo de normalización con Israel, un papel que le costó al partido islamista su popularidad.
En agosto de 2021, Argelia rompió relaciones diplomáticas con Marruecos por las «acciones hostiles», acusaciones que Rabat calificó en su momento de «absurdas».
Madrid (ECS).- En un discurso en la conferencia del Foro Ahmed Raissouni, una reunión islamista, Ramid, quien fue ministro de Justicia de Marruecos entre 2012 y 2017, argumentó que las limitaciones específicas de cada país pueden impulsar los esfuerzos de normalización. «Para Marruecos, se trata principalmente de la cuestión del Sáhara (…) Las potencias occidentales aprovechan a menudo las crisis internas de los países para ejercer una presión adicional», argumentó Ramid el sábado 25 de mayo en esa conferencia.
Ramid, miembro del Partido islamista de la Justicia y el Desarrollo (PJD), se refirió también a las ideas del jeque Mehdi Shamseddine sobre las «limitaciones de los líderes y las elecciones de los pueblos».
«Si bien los gobiernos pueden sentirse obligados a normalizar las relaciones, la gente tiene derecho a rechazar esa normalización«, añadió el ex funcionario.
Las declaraciones del ex ministro surgieron en defensa del papel de su partido en el acuerdo de normalización, un papel que le costó al PJD su mayoría y su alguna vez amplia popularidad en el país.
A finales de 2020, Rabat normalizó los lazos con Tel Aviv bajo el liderazgo de Saad Eddine El-Othmani, que era primer ministro y jefe del PJD en ese momento.
La decisión de El-Othmani de firmar la normalización dividió al partido y enfureció aún más a los partidarios del PJD después de una década de caos económico y político, lo que les llevó a una pérdida significativa durante las elecciones de septiembre de 2021. Más tarde, El-Othmani afirmó que estaba bajo presión y que su posición antinormalización de larga data nunca había cambiado.
Tras perder las elecciones, el partido reeligió a su antiguo líder controvertido, Abdelilah Benkirane, como nuevo secretario general. Benkirane ha admitido desde entonces que «la normalización fue un error».
El acuerdo de normalización de Marruecos con Israel también ha llevado a la ruptura de lazos con Argelia, que se ha visto amenazado por funcionarios israelíes desde suelo marroquí.
En agosto de 2021, Argelia rompió relaciones diplomáticas con Marruecos por las «acciones hostiles», acusaciones que Rabat calificó de «absurdas».
Argel ha estado en desacuerdo con Rabat durante décadas, particularmente por el Sáhara Occidental, una antigua colonia española que Marruecos considera parte integral de su territorio, pero donde Argel ha apoyado durante mucho tiempo al movimiento del Frente POLISARIO.
A finales de 2020, la rivalidad entre Marruecos y Argelia dio un nuevo giro cuando Estados Unidos reconoció la soberanía de Rabat sobre el territorio a cambio de que Marruecos normalizara los lazos con Tel Aviv.
Para Argelia, esto equivalía a que Rabat «introdujera una fuerza militar extranjera en el Magreb», en palabras del ministro argelino de Asuntos Exteriores, Ramtane Lamamra.
Aunque la guerra de Israel contra Gaza puede haber ralentizado el ritmo de normalización con Tel Aviv, los analistas predicen que es poco probable que Marruecos rompa los vínculos con Israel. En marzo, Rabat reafirmó su normalización con Israel, argumentando sus beneficios para el pueblo palestino, como la obtención de ayuda.