Cuanto más viajamos me parece que tenemos menos interés en saber lo que pasa fuera, no se si porque el resto del mundo nos interesa solo para hacer turismo, o por la capacidad que tenemos ahora de viajar y que eso no tenga ese halo de desconocimiento
Por Héctor Santorum
Fernando González, conocido como Gonzo, es licenciado en periodismo en la Universidad de Salamanca. Su primer trabajo fue en RNE en Compostela, donde se especializó en información deportiva, en el 2000, y después trabajó en Lugo, en una emisora, como redactor, durante dos años. En 2004 regresa a la capital gallega para informar del Año Xacobeo, presentando un programa para Radio 1 y Radio 5, y dirige también un espacio cultural en RTVE en Galicia. Aunque pronto sería conocido por su participación en los programas Caiga Quien Caiga, y El Intermedio. En 2019 pasaría a dirigir Salvados.
A nosotros nos interesan los orígenes de todas las personas en su relación con la causa saharaui, ¿como fue ese descubrimiento del Sáhara, y que te motivó a interesarte por su causa?
La primera vez que tuve un conocimiento un poco profundo de la situación del Sáhara Occidental fue a través de los programas de verano de Vacaciones en Paz, que trajo a muchos niños saharauis a Galicia. En mi entorno había familias que acogían a alguno de estos chavales, y cuando nos reuníamos siempre salía la situación del chaval y acabábamos hablando de cual era la situación real. La mayoría de las personas que yo conocía que acogían niños en verano eran gente que ya habían ido a los campamentos de refugiados del Sáhara, y este fue le primer contacto.
Recuerdo que ya trabajando en televisión, en CQC, el primer año que estaba, recuerdo que un día nos dijeron que se iba a hacer un reportaje, aprovechando el Festival de Cine del Sáhara, y fue otro compañero, y fue una sensación de fastidio, porque tenía muchísimas ganas de poder ir. Al final, lo conseguí al año siguiente, con una sección que se llamaba Cadena de Favores, que me permitió conocer en primera persona el tema, y estar casi una semana en los campos de refugiados. Recuerdo estar en Dajla, en Bojador y en Auserd. Tuvimos la posibilidad de conocer cual era la situación en los distintos campamentos, y a partir de ahí era inevitable que estuviese pendiente.
Una vez que estas allí, que convives con la gente que sufre esa situación, tal como lo hacen los saharauis, en medio del desierto, cada uno reacciona de una manera distinta. Recuerdo que fue uno de mis primeros viajes al extranjero a una situación complicada, y evidentemente fue un lugar que se me quedó clavado en la memoria, pero también en el corazón, establecí buenas relaciones con el Sáhara, en los tres viajes que hice allí.
Yo fui en dos momentos muy distintos. La primera vez fue en el año 2006, y el objetivo del programa era llevar material sanitario para el hospital del campo de Auserd y, evidentemente, lo que allí pudimos comprobar era una dejadez por parte de Argelia, que es el territorio en el que estábamos. Contrató mucho con la segunda vez que fui, en los años 2017-2018, donde me impactó más ver ciertas infraestructuras, que incitaban a pensar que daban la situación por crónica, que esa sería la situación definitiva. Ver alguna carretera asfaltada, ver tendido eléctrico, conexión a Internet. Entiendes que facilita la vida de la gente que está en los campamentos, pero, al mismo tiempo, transmite una sensación definitivo, de que ese es un lugar donde vivirán no solo temporalmente. En el momento en que Argelia dedica infraestructura y dinero para llevar servicios básicos a los campamentos, entiendo que no dan dan por corto el plazo en que los saharauis tendrán que seguir estando fuera de su tierra.
Las dos situaciones eran muy distintas, en la de 2006 la sensación que tenía era como de resistencia pacífica, de una confianza todavía en la comunidad internacional, confianza en que se cumplieran las resoluciones de la ONU, confianza en España, a pesar de que los anteriores gobiernos, tanto de Felipe González, como de Aznar, o el de aquel momento, con Zapatero, habían traído decepciones para la causa saharaui. Pude comprobarlo hablando con gente del Frente Polisario, pero también visitando mucha jaima y hablando con mucha gente.
En el segundo viaje fue distinto, ya había una infraestructura que denotaba cierta sensación de que esto va ser definitivo, o para muchos años, me sorprendió que la resistencia ya no era pacífica, y no solo se lo escuché a muchos jóvenes que empezaban a desesperarse, que empezaban a ver que lo que sus padres, y la generación anterior habían esperado como solución definitiva que no había funcionado, y se empezaba a hablar de la necesidad de defenderse o de demostrar, con ataques a las zonas controladas por Marruecos, sobretodo a la zona del muro, donde está el ejército marroquí, que no se conformaban con la situación tal y como estaba.
Y esta vez tuve la oportunidad de entrevistar al Presidente del Frente Polisario, donde le transmití esta sensación que había recogido entre la gente, y el dijo que, efectivamente, que el Polisario durante muchos años había intentado que la gente esperara a una solución pacífica que, y evidentemente, no podían seguir pidiéndole paciencia al pueblo saharaui y, además, en ese mismo viaje, y fue la única vez que pude ir, llegamos hasta la zona del muro, un muro que tenemos ahí al lado, y prácticamente nadie en España sabe que es uno de los muros de separación más largos que hay en el mundo, después de la muralla china, y la sensación de militarización que hay en la zona, la viví por primera vez allí.
Hace un par de años estuvimos preparando un programara con Salvados, porque ya nos habían hablado los contactos que tenemos en el Sáhara Occidental, en los campos de refugiados, nos decían que había alguna escaramuza, y que ya eran habituales los enfrentamientos entre saharauis y el ejército marroquí, en la zona del muro.
Finalmente ese viaje no pudo ser, pero, en definitiva, a lo largo de los años la sensación que he podido tener, certera o no, es de que hay una nueva generación de gente en el Sáhara Occidental, que ya nació allí, que tal vez sus padres nacieron allí, pero que recuerdan la huida en medio del desierto, que entienden que la comunidad internacional los ha dejado tirados, y que esto significa una nueva etapa en el conflicto.
A la hora de abordar el tema del Sáhara Occidental, en España, ¿cuales son las principales trabas que se encuentran como periodistas?
Dos que son muy feas de poner sobre la mesa, pero que definen muchas veces la práctica del periodismo.
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