Francia maniobra para modificar el inútil plan de autonomía marroquí tras el fracaso diplomático en el Sáhara Occidental – García Corera en ECSAHARAUI

Francia maniobra para modificar el inútil plan de autonomía marroquí tras el fracaso diplomático en el Sáhara Occidental – García Corera en ECSAHARAUI
ECSAHARAUI

PLATAFORMA «NO TE OLVIDES DEL SAHARA OCCIDENTAL» – García Corera

   Madrid (ECS).- El ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, se dispone a viajar a París en una visita que no es de cortesía, sino una citación a capítulo. Convocado por las autoridades francesas, este viaje forma parte de una operación política más amplia que busca salvar lo que queda del desacreditado plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental. Una iniciativa supervisada en 2007 por el Palacio del Elíseo y promovida con entusiasmo por Emmanuel Macron, que ahora intenta recomponer el rompecabezas tras el fracaso de su estrategia.

   Lejos de lo que intenta proyectar la diplomacia de Rabat, esta visita no es una muestra de fuerza ni de consolidación de alianzas. Todo lo contrario: Francia, que apostó imprudentemente por imponer el plan marroquí como «única solución posible» al conflicto del Sáhara, se enfrenta ahora al costo político de haber marginado las resoluciones de Naciones Unidas y de haber desafiado el principio de autodeterminación del pueblo saharaui.

   El presidente Macron, cegado por su ambición de acelerar una resolución favorable a los intereses de Francia —y de paso, a los de Israel—, no previó la firmeza de Argelia ni la resistencia de las fuerzas que defienden el derecho del pueblo saharaui a decidir libremente su destino. La crisis diplomática con Argel, que persiste desde entonces, es solo uno de los múltiples efectos secundarios de esta deriva.

   Los equipos del embajador de Francia en Rabat, Christophe Lecourtier, y los de la embajadora de Marruecos en París, Samira Sitaïl, trabajan desde hace semanas en la logística de esta visita. Se esperaba que tuviera lugar en verano, pero finalmente fue pospuesta. La razón principal: Francia busca introducir «enmiendas» al texto de la Iniciativa marroquí de autonomía, que lleva 18 años sin actualizarse. Un intento por parte del Elíseo de matizar su postura sin renegar públicamente de ella, tratando de volver, aunque sea de forma encubierta, al marco multilateral que impone el derecho internacional.

Hay un hecho fundamental: el plan de autonomía es un intento unilateral de consagrar la ocupación del Sáhara Occidental, contraviniendo todas las resoluciones de la ONU y el principio de descolonización.

   Según fuentes diplomáticas, París exigirá a Rabat que precise un calendario de aplicación de las medidas contempladas en el plan. Sin embargo, el régimen marroquí, que había condicionado cualquier revisión a la obtención de un nuevo respaldo internacional, ya ha recibido un espaldarazo por parte del Reino Unido en junio de este año, que también reconoció la supuesta «primacía» del plan marroquí. Una victoria efímera y superficial, que no cambia el hecho fundamental: el plan de autonomía es un intento unilateral de consagrar la ocupación del Sáhara Occidental, contraviniendo todas las resoluciones de la ONU y el principio de descolonización.

Ni las declaraciones coreografiadas por las capitales europeas, ni los gestos simbólicos de ciertas potencias occidentales, han logrado ocultar una verdad esencial: el plan de autonomía marroquí no tiene legitimidad internacional, porque niega al pueblo saharaui el derecho a ejercer su autodeterminación. Y eso, en pleno siglo XXI, no es aceptable.

   Desde Marruecos, el régimen alauita continúa vendiendo este plan como una supuesta victoria diplomática ante una población agotada por la miseria, la desigualdad y la represión. El expolio sistemático de los recursos naturales saharauis —fosfatos, pesca, energía solar— alimenta una maquinaria corrupta y autoritaria, mientras los marroquíes padecen sed, inflación y una crisis social que se agrava día a día. En lugar de ofrecer libertades, Rabat ofrece propaganda. En lugar de escuchar a su pueblo, silencia a la disidencia.

   En este contexto, la visita de Bourita a París no tiene nada de rutinaria. Es el intento de dos gobiernos —el francés y el marroquí— de redefinir una hoja de ruta que ha perdido toda credibilidad. El llamado “partenariado de excepción” entre Macron y Mohamed VI, anunciado durante la visita del presidente francés a Rabat en octubre de 2024, no ha pasado de las declaraciones huecas. El propio monarca marroquí, ausente del país la mayor parte del año, mantiene una relación instrumental con Francia, basada más en intereses personales que en estrategias de Estado.

   La comunidad internacional, y muy especialmente quienes defendemos el derecho inalienable del pueblo saharaui, debemos estar alerta ante estos movimientos diplomáticos encubiertos. La revisión del plan de autonomía no es una señal de apertura, sino una maniobra para preservar el statu quo. Cualquier propuesta que no contemple el referéndum de autodeterminación, con todas las opciones sobre la mesa —incluida la independencia—, es una farsa más al servicio del ocupante.

   La batalla por el Sáhara Occidental no se libra solo en los campos de Tinduf o en los pasillos de Naciones Unidas. También se libra en las cancillerías europeas, en los despachos del Elíseo y en las declaraciones cuidadosamente redactadas por diplomáticos que buscan tapar el fracaso con ambigüedades.

   Cuando se publique la declaración conjunta entre Bourita y su homólogo francés, habrá que leer entre líneas. Y sobre todo, habrá que recordarle al mundo que la única solución justa, legítima y duradera para el Sáhara Occidental es la autodeterminación.

Origen: Francia maniobra para modificar el inútil plan de autonomía marroquí tras el fracaso diplomático en el Sáhara Occidental – ECSAHARAUI