Madrid, 1 mar (EFE).- El proceso para obtener la nacionalidad española es una odisea para los saharauis, que aseguran sentir una gran frustración e injusticia en comparación con otros pueblos vinculados históricamente a España, aunque algunos confían en que la situación cambie con la ley que ha empezado a tramitar el Congreso.
«Los saharauis van al mismo saco que cualquier territorio que no tiene vinculación con España», denuncia a EFE la abogada María Peláez, una de las trabajadoras de este bufete.
En la actualidad, la única vía legal para que los saharauis obtengan la nacionalidad española es residir en el país durante diez años, pero uno de los objetivos de los abogados que defienden a este colectivo es acortar este plazo a los dos años, en línea con lo que el Código Civil dictamina para ciudadanos sefardíes o de países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial o Portugal.
«Es una situación de injusticia, no hay una explicación. Un filipino tiene más vínculo con España (según el Código Civil) que un saharaui, que era provincia española hasta hace 50 años», declara a EFE el abogado Sidi Talebbuia, que pertenece a la asociación profesional de abogacía de saharauis en España.
Este abogado, que logró la nacionalidad española en 2017, después de 20 años residiendo en España, no tiene muchas esperanzas en la ley que tramita el Congreso, ya que cree que acabará metida «en la nevera» por el rechazo del PSOE, el único grupo que votó en contra.
Por su parte, la abogada Fatim El Gaila es contraria al planteamiento de la proposición de ley, ya que considera que no es adecuado dar la nacionalidad española por carta de naturaleza, que es derivativa, a saharauis nacidos antes de 1976, que son «españoles de origen».
La diputada de Sumar Tesh Sidi puso rostro y voz a la odisea que sufren la mayoría de los saharuis para obtener la nacionalidad española el pasado martes en el Congreso, durante el debate para la toma en consideración de la proposición de ley de su grupo.
«Muchas veces la administración es un muro muy duro. Y si eres saharaui es un muro de hormigón que yo creo que supera el propio muro que divide el propio Sáhara Occidental», dice a EFE.
Nacida en un campo de refugiados saharaui, Tesh empezó a venir en régimen de acogida en España en 2002 y logró la nacionalidad española en 2022, un año antes de ser elegida diputada, pero previamente fue durante mucho tiempo una persona indocumentada.
«Aunque nosotros seamos hijos de españoles, en España entramos en un limbo legal porque no reconoce nuestras partidas de nacimiento, un requisito necesario e imprescindible para solicitar la nacionalidad española», cuenta la diputada, que tiene muchas esperanzas en la proposición de ley, de la que podrían beneficiarse entre 180.000 y 200.000 personas, según fuentes de Sumar.
En España es prácticamente imposible obtener cifras oficiales del número de personas saharauis que viven aquí, al no ser el Sáhara Occidental un Estado reconocido, pero sí hay estadísticas de los que han solicitado y conseguido la categoría de apátridas.
Zei Hal-la, de 30 años, nació en un campo de refugiados saharaui, vino a España con una familia de acogida a partir de los cinco años y fue declarada apátrida en 2016, lo que le «abrió la puerta al mundo» y le permitió «hacer vida normal», con la posibilidad por ejemplo de viajar, pero en 2022 consiguió un paso más al lograr la nacionalidad española.
«Soy saharaui pero también soy española», asegura Zei, que se siente afortunada de haber llegado tan lejos en un proceso que para ella también ha estado lleno de obstáculos y de «frustración». EFE
Origen: Frustración y nuevas esperanzas de los saharauis en su lucha por la nacionalidad española