Golpe de Estado en Níger. La batalla geopolítica por África, Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro en ECSAHARAUI

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Golpe de Estado en Níger. La batalla geopolítica por África, Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro en ECSAHARAUI
 
 
 
En estos días fue noticia del golpe de Estado en Níger, país de la región de la franja de Sáhara Sahel, azotado por el virus del terrorismo. Esta ex colonia francesa, tiene un alto valor estratégico, por sus valiosos yacimientos de uranio, que tiene un rol vista para la industria nuclear de Francia. Al parecer, Níger seguirá los pasos de Burkina Faso y Malí, dar vuelta la espalda a Occidente y buscar apoyo el Kremlin. La amenaza de una coalición africana, liderada por Nigeria a través de la ECOWAS, con respaldo occidental, abre las puertas para la guerra. Una vez más la geopolítica marca la agenda internacional.
 
Por el Dr. Jorge Alejandro Suárez Saponaro
 
Buenos Aires (ECS).- El gobierno del presidente Mohamed Bazoum, retenido por una Junta Militar, que lo acusa de corrupción e incompetencia a la hora de lidiar con el terrorismo. En 2021, Bazoum, apenas asumió el cargo de jefe de estado, sufrió una tentativa de golpe. Prueba de la fragilidad de un país, caracterizado por ser uno de los más pobres del mundo, a pesar de ser el cuarto productor mundial de uranio. El Consejo Nacional para las Salvaguardia de la Patria, asumió el control del país el pasado 26 de julio, imponiendo el toque de queda y cierre de fronteras. Las instituciones del país fueron disueltas. El ejército apoyó el golpe y el general de brigada Abdourrahmane Tiani, fue proclamado jefe de estado y representante del país. Francia ordenó la salida de sus connacionales del país. La caída de Bazoum se dio en el marco de la escalada del terrorismo de Al Qaeda e ISIS. El golpe al parecer de marcado sesgo nacionalista, estuvo secundado por miles de manifestantes, que intentaron asaltar la embajada de Francia y también se vieron muchas banderas de Rusia. La sede del partido del gobierno derrocado fue incendiado y saqueado.
 
A pesar que Moscú no apoyó abiertamente al golpe, es altamente probable que la junta termine la política pro occidental de Bazoum, por otra cercana a Rusia y abra las puertas al grupo Wagner. Al parecer, a pesar de lo dicho en medios occidentales sobre la caída en desgracia de esta corporación de mercenarios, no es tan así, dado que tiene un rol creciente en Malí y Burkina Faso. Sus éxitos en la lucha contra el terrorismo, granjean popularidad a Rusia. Los militares veían como la presencia extranjera era importante, pero los resultados contra los terroristas eran magros, agregándose las consecuencias sociales de la expansión de estos grupos en zonas rurales. El sentimiento nacionalista quedó expuesto al cuestionarse la nacionalidad del presidente Bazoum, de origen árabe. Los militares no lo veían con buenos ojos. Los favoritismos políticos y étnicos en la designación de altos jefes militares, también generaron mayor desconfianza.
 
Estados Unidos tenía presencia militar en Níger, que hasta hace unos días era un fiel aliado. No se sabe bien qué pasará con la base que tenían en el norte de dicho país. El presidente Biden solo se ha limitado a exigir la liberación del presidente Bazoum. La actividad terrorista, no ha dejado de crecer a pesar del apoyo occidental, grupos como el siniestro Boko Haram, franquicias de Al Qaeda e ISIS, operan en el país. El presidente de Chad, Idriss Deby, viajó a Niamey y dialogó con el presidente depuesto, como también con los golpistas, en un intento de buscar una salida negociada a la crisis. Mientras tanto la Unión Europea y Estados Unidos cortaron la ayuda económica, Naciones Unidas y la Unión Africana condenaron el golpe.
 
En cuanto al uranio, la agencia europea de energía nuclear, Euratom, señaló en un comunicado, que había stocks de tres años de uranio para satisfacer la demanda de la UE, y no consideró una amenaza para la seguridad energética de Europa, que las minas de uranio de Níger quedaran paralizadas por la crisis política. A pesar de este discurso, el temor de los expertos, que dicho recurso estratégico, pueda pasar a manos chinas o rusas, en un macro de exacerbación nacionalista. Recordemos que la empresa que explota los yacimientos de uranio – Société des mines de l’Aïr (Somaïr) – que corresponde al 30% del mineral usado por las 58 centrales nucleares francesas, Níger solo participa con el 15% de las acciones y no se ha beneficiado mucho de su explotación.
 
La región es un polvorín. La Comunidad Económica de Estados de África Occidental o ECOWAS por sus siglas en inglés, señaló que tiene sobre la mesa la posibilidad de una intervención militar para restablecer en el poder al presidente Bazoum. La titular de exteriores de Senegal Aïssata Tall Sall, señaló que su país enviaría tropas para restablecer la democracia. Burkina y Malí hicieron causa común con los golpistas en Niamey. Desde Rusia, dejaron ver, que Moscú no brindará apoyo diplomático a la Junta Militar, pero los analistas especializados, ven en la caída del régimen democrático nigerino, como una oportunidad para el Kremlin para expandir su influencia. Solo ha pedido moderación, tal vez esperando cómo se desarrollan los acontecimientos. El gobierno de facto, denunció a Francia por instar a una invasión de los países de la ECOWAS, lo que exacerbó los ánimos nacionalistas locales, que intentaron asaltar la embajada de dicho país. En una operación las fuerzas francesas evacuaron al millar de franceses que estaban en el país. Otros países europeos pidieron que sus connacionales abandonaran el país.
 

 

El general Tchiani. Líder del golpe.
 
 
Níger es un país de alto valor estratégico por su posición geopolítica, lo que de alguna manera es su perdición. Este país con un 50% de la población en la pobreza y que vive en áreas rurales. El Índice de Desarrollo Humano lo ubica en el puesto 165 de 169 países. Un millón de niños están en riesgo de desnutrición. En este contexto, el país se ha visto históricamente agitado por problemas institucionales, la situación de seguridad se deterioró rápidamente con la caída del régimen libio – que tuvo mucho que ver con los acuerdos de paz con la minoría tuareg en los 90 – que permitió que grupos extremistas tuvieran acceso a los depósitos de armas libias. Esto facilitó la expansión y consolidación de franquicias terroristas del Estado Islámico y Al Qaeda. En 2012, el derrumbe del gobierno de Malí ante la avalancha yihadista empeoró aún más las cosas. Nigeria con la campaña antiterrorista contra el terrible grupo Boko Haram, llevó a que muchos de sus integrantes buscaran refugio en el empobrecido Níger. Esto puso al país contra las cuerdas, pero dado su posición geopolítica y las estratégicas minas de uranio, los países occidentales, liderados por Francia y Estados Unidos acudieron en su ayuda. El islam político hizo aparición al comenzar el siglo XXI., que presionaba por la implantación de la ley islámica o Sharia. Esto generó tensiones en la sociedad, de por sí con sus divisiones étnicas y tribales. En 2004 comenzó la normalización institucional con las primeras elecciones municipales desde la independencia en 1960, y la reelección del presidente Tandja Mamadou. Entre 2007-2009, la nueva rebelión tuareg, complicó el tímido despertar económico. La crisis institucional derivada del intento del presidente Mamadou de extender su mandato, generó un conflicto de poderes. El presidente disolvió el parlamento, rechazó el fallo del tribunal constitucional y en medio de protestas el 68% del electorado avaló por amplia mayoría una nueva Constitución, de corte presidencialista. Finalmente, en 2010, hubo un golpe de estado. En 2011, las nuevas elecciones llevaron al gobierno al partido del actual presidente depuesto, Partido Nigerino por la Democracia y el Socialismo. Mahamadou Issoufu, alcanzó la presidencia, en elecciones realmente reñidas. La corrupción mal endémica del país, genera mayor inestabilidad institucional. Lo servicios básicos fuera de la capital, son más bien escasos.
 
Protesta multitudinaria apoyando el golpe. Se observa la presencia de banderas rusas.
El problema del terrorismo, especialmente por el caos que se vive en el sur de Libia o zonas de Malí, imponen serios desafíos a Niamey, que requiere de ayuda externa para lidiar con los grupos terroristas, que gracias al tráfico de drogas, contrabando, armas y la inmigración ilegal, que aportan importantes recursos. Estados Unidos financia políticas de desmovilización y reinserción de ex milicianos. Francia por otro lado también apoya tímidamente planes de desarrollo en el sur. En cuanto ayuda militar está se materializó por la presencia de un destacamento de enlace, para dirigir operaciones aéreas, un destacamento aéreo con cazas Mirage 2000 y elementos desplegados en las fronteras con Nigeria y Chad. En Agadez, hay unos 800 efectivos de las fuerzas de Estados Unidos, siendo la base más importante de este país en la región. La ayuda extranjera en materia de seguridad, sigue siendo modesta, si observamos el pobre equipamiento de las fuerzas de Níger, que deben proteger un país de 1.267.000 km2
 
China es el actor de peso en el país, a pesar que los medios apuntan a Moscú. Pekín ha construido el puente que cruza el río Nïger, el principal hospital nacional, explotación de minas de uranio, y el desarrollo petrolero. Niamey es un exportador de petróleo, gracias a la poderosa empresa china CNPC. El vacío dejado por los países occidentales con recortes de ayuda, abren posibilidades para que China lo ocupe.
 
La actividad de los grupos extremistas se incrementó sustancialmente. En el país operan seis grupos. En 2015, Níger padeció el accionar de Boko Haram, que lo llevó a integrarse en un mecanismo de defensa regional con países vecinos. En 2015, hubo un nuevo intento de golpe de estado. La situación económica se había deteriorado drásticamente. Los pocos ingresos del país, estaban siendo consumidos por el área de defensa que en ocho años se había triplicado, de 60 millones dólares en 2008 pasó a 166 millones. Las modestas fuerzas armadas, como resultado de los acuerdos de paz de los 90, incorporó antiguos guerrilleros tuareg, encuadrados en unidades móviles, muy eficaces en operaciones de contrainsurgencia. El país cuenta con un pequeño ejército de 6000 efectivos y una fuerza aérea de 300 efectivos con un puñado de aeronaves de reconocimiento, enlace y transporte. Estas modestas fuerzas armadas, junto con las fuerzas del Ministerio del Interior, tienen que brindar seguridad a 5800 km de fronteras.
 
El país, afectado por el cambio climático, padece los crecientes conflictos por las tierras entre los nómadas del norte y los agricultores sedentarios de sur. La región del lago Chad, que se ha visto reducido drásticamente en las últimas décadas, es un área especialmente conflictiva. Los graves problemas de pobreza, se agregan la llegada de 300.000 desplazados que huyen de la violencia en el norte de Nigeria entre el gobierno federal y los grupos terroristas. Desde Malí, llegaron más de 50.000 refugiados. En todos los casos subsisten miserablemente gracias a la asistencia internacional. El 45& del presupuesto nacional es financiado por la ayuda externa, especialmente europea. Más de la mitad de la población vive debajo del umbral de la pobreza.
 
 
 
Estamos ante un país de 1.267.000 km2 con una población de 25 millones, siendo el 85% de la población musulmana, pero de carácter multiétnico, formado por pueblos hausa, djerma, fulani, kanuir songai, tuareg y minorías árabes. Su historia ha estado marcada por las luchas entre estados vecinos que extendieron su influencia sobre el territorio nigerino, como también de la presencia de algunas formaciones estatales como los reinos hausa o el sultanato de Agadez
 
La historia del país es de vieja data. Restos arqueológicos ponen en evidencia la existencia de un intercambio con las civilizaciones del Mediterráneo, desde el siglo V a.C o antes inclusive. En el siglo III d.C existió la cultura de Bura, no debidamente documentada, pero existen indicios que mantuvo lazos comerciales con Roma, por medio de intermediarios, como eran los garamantes, que gobernaban un extenso reino en el Fezzan. La llegada del camello hacia el siglo VIII facilitó la apertura de redes comerciales directas entre el valle del río Níger y el Mediterráneo. En el siglo XV fue conformado el sultanato de Agadez, creado por pueblos tuareg y hausa.
 
En 1500, el poderoso imperio Songay conquistó Agadez. Luego el país fue escenario de luchas protagonizadas por los imperios de Malí, los estados hausa, tuareg y Bornú Kanem, un estado creado en torno al lago Chad. En el siglo XVIII, Usman dan Fodio, líder político y religioso fulani, creó el imperio Sokoto, que extendió parte de su influencia en Níger. Los otomanos mantuvieron cierta influencia, al enviar a Yunus, un hijo del sultán turco, que tuvo con una mujer africana, para ser el gobernante de Agadez.
 
El territorio del actual Níger, convivían diversos grupos, pero hasta la llegada de Francia, no existía una unidad estatal, ni sentido de identidad, más allá de compartir el islam sunnita como fe predominante. El contacto con los europeos vino de la mano de los exploradores Mungo Park, británico y el alemán Heinrich Barth, que buscaban la desembocadura del Níger. En 1896, el teniente de navío Hourst, de la marina francesa estableció un puesto en Taliba, actual Níger, dando paso a la penetración de Francia. En 1922 finalizó la campaña de pacificación, luego de ser sometidos los tuaregs, quedando consolidada la colonia de Níger. En 1946, el país se convirtió en Departamento de Ultramar dentro de la Unión Francesa. En 1958 con la proclamación de la V República en Francia, los territorios de África Occidental y Ecuatorial, obtuvieron mayor autonomía, abriendo paso hacia la independencia. La vida política local nació con la fundación del Partido Popular Nigerio. Este estaba liderado por un maestro de escuela Hamani Diori, que triunfó en las elecciones generales de 1956. En 1958 el país se convirtió en república dentro de la Comunidad Francesa y en 1960 alcanzó la plena independencia, pero manteniendo fuertes lazos con Francia, especialmente económicos. En los hechos el país se convirtió pronto en un régimen de partido único, con el exilio de los líderes opositores del partido Sawaba, abiertamente nacionalista. En 1970, el presidente Diori fue derrocado por un golpe de estado, abriendo camino a un ciclo de golpes que llega hasta el presente. A pesar del prestigio de Diori por su papel moderado en el frente externo, en lo interno, la corrupción estuvo a la orden del día, agregándose la hambruna de 1970, poniendo en evidencia el inmovilismo del régimen, incapaz de generar cambios en las estructuras tradicionales del país, además de la corrupción. El partido único tenía conflictos entre los grupos étnicos que componían su liderazgo, marginando a los hausas, grupo que son el 55% de la población. El país cayó en el desorden por la mala gestión de la hambruna y la corrupción de los ministros de Diori. En 1974, el teniente coronel Seyni Kountché, dio un golpe de estado. Los opositores exiliados en tiempos de Diori, se les fue permitido regresar.
 
El régimen militar estrechó lazos con el mundo árabe y mantuvo los lazos tradicionales con Francia, que controlaba la explotación de las minas de uranio. Bajo su gobierno, hubo cierta estabilidad económica y social, a pesar de la dura represión. Las tensiones e intentos de golpe, lo llevaron en 1982, abrir el gobierno a funcionarios civiles. En los años 80, comenzaron las tensiones con los tuaregs, que generó tensiones con Libia. La represión a esta minoría abriría las puertas a la lucha armada. En 1987, Kountché murió en París y fue sucedido por Alí Seibou. Este impuso un régimen de partido único y en 1989, fue electo presidente. En los años 90, fue iniciada el camino hacia la democracia. Pero esta siempre ha sido inestable, con golpes de estado o intentos de derrocar los presidentes electos. El golpe de 2023, puso en evidencia una vez más la fragilidad de las instituciones de Níger. Bazoum, intentó desprenderse de los hombres ligados a su predecesor. Issaoufo, entre ellos el nuevo hombre fuerte del país, general Tchiani. La situación actual es de máxima tensión, dado que el presidente depuesto Bazoum, pidió expresamente a Estados Unidos y Francia, que todavía tienen tropas en el país, ayudarlo a restablecer la democracia. El gobierno militar ordenó suspender las exportaciones de oro y uranio a Francia, como también el retiro de tropas extranjeras estacionadas en su país. Los países de la CEDEAO/ECOWAS, están reunidos y amenazan con la intervención militar, mientras que por otro lado los regímenes militares de Guinea, Burkina y Malí, señalan que apoyaran a Níger en caso de una invasión. Los pedidos de China y Rusia de moderación, se agregó Argelia, una potencia regional, que no desea un escenario de guerra o caos en su frontera sur, que amenazaría sus explotaciones de gas y petróleo. Níger, un país poco conocido para estas latitudes, se ha convertido un foco de interés global, su desgracia: su posición geoestratégica y los recursos de alto valor, que impactan en la seguridad energética de Europa y especialmente, Francia.
 
 
Especial para LA POLIS | Cedido por el autor a este medio.

Origen: Golpe de Estado en Níger. La batalla geopolítica por África