Guerra de agresión contra Irán, entre un Sur global dividido y un Norte arrogante: ¿Cuál es el camino para Argelia?, por Abdelaziz Rahabi – APS

Guerra de agresión contra Irán, entre un Sur global dividido y un Norte arrogante: ¿Cuál es el camino para Argelia?, por Abdelaziz Rahabi – APS
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Colaboración . La guerra de agresión contra Irán se presenta como una guerra preventiva sin fundamento en el derecho internacional, creada por el mismo bloque occidental que finalmente se ha resignado a la idea de que su destino está ligado a la supremacía de Israel.

Como consecuencia, ha confiado a Israel la representación exclusiva de la defensa de sus intereses en el Medio Oriente, garantizándole un apoyo permanente, incondicional e ilimitado.
Esta realidad no ha cambiado desde 1948 a pesar de las guerras regionales (Irak, Siria, Líbano, Yemen, etc.), los acuerdos de paz con Egipto bajo Anwar Sadat y los acuerdos de Oslo con la OLP bajo Yasser Arafat, los acuerdos de Abraham y la Iniciativa de Paz Árabe presentada por Arabia Saudita en 2002.

Por qué Occidente apoya a Israel

Todos estos compromisos y el deseo declarado de los países árabes de normalizar las relaciones no han impulsado la paz ni han protegido a los palestinos hambrientos de Gaza de un crimen genocida que continúa hasta el día de hoy. El llamado mundo libre tiene una gran responsabilidad por ello.

Para Irán, las garantías dadas por los Acuerdos de 2015 y los recientes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) no han sido suficientes para protegerlo de una intervención militar masiva de Estados Unidos para reforzar a Israel y retrasar el mayor tiempo posible la adquisición de capacidades nucleares adicionales.

Todo lo que Occidente hace, desde el embargo hasta la guerra actual, tiene un único objetivo: retrasar la inevitable entrada de Irán en el exclusivo club de la disuasión nuclear. El mensaje es claro: en Oriente Medio, solo Israel debería poseer un arsenal nuclear . Estimado en casi 100 ojivas —que, por cierto, escapan a cualquier control internacional—, este arsenal le otorga superioridad estratégica y refuerza su dominio sobre la región.

El mundo árabe-musulmán, aunque fragmentado y con muchos aliados de Israel, miembros o socios privilegiados de la OTAN, sigue representando en el imaginario occidental la principal amenaza para el orden internacional establecido. Estos temores aún configuran el pensamiento estratégico occidental, cuyo fundamento normativo aún lleva la huella de la Guerra Fría. A pesar de las excelentes relaciones que Estados Unidos e Israel puedan mantener con los países del Golfo, Egipto y Marruecos, estos países son incapaces de frenar su expansionismo ni siquiera en lo más mínimo.

Argelia tomó la decisión correcta

El único avance notable desde la guerra de Vietnam ha sido la sociedad civil occidental, que ha tomado conciencia de la brecha entre la narrativa de sus líderes y la realidad de Israel, como lo revela la deshumanización de los habitantes de Gaza. 

En un sistema de las Naciones Unidas dividido entre un consenso precario y la arrogancia de los poderosos del Consejo de Seguridad, Argelia tomó la decisión correcta de no aceptar un hecho consumado ni alinearse con los más poderosos.

Ha identificado responsabilidades en la escalada y ha pedido que se prioricen las vías diplomáticas para la resolución de las crisis. De este modo, ha conservado la plena capacidad de representar sus intereses estratégicos en un contexto marcado por un Sur global naciente dividido en cuestiones diplomáticas y un Norte tradicional que pretende imponer su paz por la fuerza. Finalmente, Argelia tiene toda la razón al recordar, en cada ocasión, la centralidad de una solución definitiva y justa a la cuestión de Palestina, sin la cual no es posible ni duradera la paz en Oriente Medio.

*Ex embajador de Argelia en México y España

Origen: Guerre Israël-Iran, entre Sud global et Occident, quelle voie pour l’Algérie ?