El Frente Polisario lleva por primera vez a periodistas al frente de combate con Marruecos
Un fulgor desgarra el atardecer sobre el desierto del Sáhara. Un cohete del Frente Polisario cruza el cielo de postal y supera la duna que oculta a los guerrilleros saharauis y a sus inusitados acompañantes. El objetivo es una antena de radar que se divisa en el horizonte, en el lado marroquí. Aunque lo que de verdad persigue este cohete es lanzar un mensaje al mundo: estamos aquí, estamos vivos, no nos rendimos.
Los independentistas saharauis llevan casi un año librando, lejos de los focos, una guerra de impotencia contra el muro marroquí, que divide la antigua colonia española entre la parte controlada por Rabat y la controlada por el Polisario. Hartos de esperar un referéndum de autodeterminación que se aleja, el 14 de noviembre del 2020 los saharauis dieron por roto el alto el fuego de hace 30 años. Desde entonces llevan más de 330 “partes de guerra”. Mientras, su enemigo insiste en que son simples escaramuzas, apenas unos rasguños para el poderío militar marroquí.
“Las causas justas son las que consiguen ganar la batalla”, dice el saharaui Omar Deidih, de 23 años
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Origen: Una guerra de impotencia