Por Taleb Alisalem/ECS
Bilbao (ECS). – Gurutze, o Fatimetu como le llaman los saharauis, es vasca de nacimiento y de alma saharaui, conoció el Sáhara Occidental mientras todavía era provincia española, vivió en primera persona el abandono de España a los saharauis, el exilio y sufrió la guerra junto al pueblo saharaui con quien convivió durante muchos años.
Fue la esposa del diplomático saharaui Mohamed Salem Bakitu, con quien tuvo un hijo y una hija, Mohamed Salem fue un notable político que se unió a la revolución saharaui muy joven y continuó el trabajo por la causa de su pueblo hasta el fin de sus días, fue representante de la República saharaui en varios países, entre ellos Reino Unido y la India hasta que finalmente perdió la vida debido a una enfermedad.
ECSAHARAUI se desplazó hasta su casa para conversar con ella. Nuestro compañero Taleb Alisalem en su conversación con Gurutze, nos cuenta entre otras cosas, lo que vivió como casi la única mujer extranjera que estuvo en el bombardeo de Um Draiga, cuando la aviación marroquí bombardeó a miles de refugiados saharauis que huían hacia territorio argelino.
¿Donde naciste y como recuerdas tu infancia?
Yo nací en Ormaiztegi que es un pueblecito de Guipúzcoa, un pueblo pequeño, donde estudié hasta los 10 años, luego fui a un colegio interno en Irún. Con 18 años me fui a Pamplona a estudiar enfermería, una vez terminé la carrera fui a Madrid donde comencé a trabajar y a estudiar la especialidad de psiquiatría, pero tenía una amiga que había ido a Tenerife y me llamaba para contarme lo bien que estaban allí, sin pensarlo, cogí y me fui para allá.
Una vez te escuché decir, “por circunstancias de la vida una vez me encontré con los saharauis en Tenerife, comencé a involucrarme y a partir de ahí sentí su causa como mía” ¿Cuales fueron esas circunstancias que te llevaron a encontrarte con los saharauis?
Cuando llegué a Tenerife comencé a trabajar en el hospital clínico de Tenerife, había una escuela de enfermería y allí estaban estudiando un grupo de jóvenes saharauis, alguna vez nos cruzamos por el hospital, pero no los conocí hasta una noche que salimos por Tenerife y coincidimos con ellos, entre esos jóvenes estaba Mohmed Salem.
Todo esto fue en el año 1973, en aquel momento no se hablaba nada del Sáhara Occidental, Franco estaba muy vivo y el Sáhara era una provincia española más, pero es verdad, que de vez en cuando yo escuchando a los chicos hablar de los acontecimientos en su país, y los movimientos nacionalistas… y ahí fue cuando meneé a involucrarme con ellos.
Recuerdo que, en canarias, íbamos a ver a los presos saharauis detenidos por sus protestas y actos anti-colonialismo español.
¿Cuándo llegaste por primera vez al Sahara, en aquel momento colonizado por España, y como fue el primer contacto con la familia de Mohamed Salem, tanto para ti como para ellos?
El verano del año 1973 recuerdo que a Mohamed Salem le diagnosticaron una enfermedad, y sus padres y sus hermanas vinieron a Tenerife a verle, mas tarde, en el verano del 1974 fue cuando fui a El Aaiun, en el Sáhara Occidental, y conocí al resto de la familia.
Fui bien recibida, y Mohamed Salem también estuvo en mi casa algunas navidades cenando con mi familia, y fue bien por parte de ambas familias.
¿Recuerdas los últimos días en el Sáhara Occidental, cómo fueron, y cómo el camino de la la huida huida de los saharauis hacía Argelia?
En el año 1975 hubo una visita del comité de descolonización de la ONU al Sáhara Occidental, y ahí pensamos, esto la ONU lo resuelve, inocentes nosotros que pensábamos que la ONU lo iba a solucionar.
Más tarde se comenzó a hablar de las pretensiones de Hassan II sobre el Sáhara Occidental, se comenzó a hablar de la “marcha verde”, pero en Octubre de ese mismo año el Sáhara Occidental aún siendo territorio español, el Rey Juan Carlos visitó el Sáhara y dijo aquello de que no os dejaremos solos… el 14 de noviembre, justo un mes después de esa visita, fue cuando Marruecos comenzó su invasión al Sáhara Occidental.
Yo me fui el 20 de noviembre de ese mismo año, fui a la zona de Um Draiga, en el norte del Sáhara Occidental cerca de la frontera con Argelia, en Um Draiga había un campamento base donde se recibía a todos los refugiados saharauis que venían huyendo de las ciudades saharauis ya ocupadas por el ejercito marroquí.
Detrás de la famosa “marcha verde” que nos enseñan en imágenes, venía la marcha negra, que era el ejercito marroquí con sus tanques y sus militares y según iban entrando en las ciudades saharauis, la gente salía de allí corriendo. En Um Draiga, que es donde yo estuve, no solo atendíamos a los refugiados que llegaban heridos o enfermos, sino también a los militares saharauis que venían heridos de combate, a penas teníamos material. Yo he sido siempre enfermera, pero he trabajado en hospitales donde teníamos material, pero allí, allí no teníamos nada, hacías lo que podías con lo que tenias.
¿Cómo fueron los bombardeos a ese campamento base en Um Draiga?
Nos despertó por la mañana el ruido de los bombardeos, y los gritos de mis compañeros, “esconderos, esconderos”, y yo me preguntaba, ¿donde nos vamos a esconder? Estábamos en medio del desierto y comenzaron a llegar aviones marroquíes, uno, dos, tres… bombardearon toda la mañana como locos.
Cada ve que pienso en aquello, pienso que es una película que he visto en la tele, cuando paró el bombardeo, había trozos de personas por todos lados, gente herida, y solo teníamos una venda y una gasa, aquello era increíble, un verdadero genocidio.
¿Cual fue el momento más duro que has vivido?
Yo no diría un momento, sino una situación, tienes sentimientos encontrados, piensa que en ese momento yo tenía 25 años, con esa edad, sigues siendo idealista y piensas que “un mundo mejor es posible” pero al mismo tiempo piensas en como un criminal como el Rey de Marruecos Hassan II se salga con la suya tan impunemente. Pensaba que aquello no podía ser, que el mundo lo iba a parar. – Grututze se queda en silencio unos segundos – de joven se es muy idealista, luego la vida te da suficientes hostias para saber que no es así.
Me parecía muy injusto todo, me parecía muy injusto que aquella gente muriera en la guerra, bombardeados o por la epidemia del sarampión que murieron muchos niños porque no había medios.
No era un momento, era una situación absolutamente injusta y el mundo vivía a su aire, y nosotros tirados en aquel desierto. Venían muchos periodistas, mucha gente, pero nadie hacia nada, me preguntaba, ¿realmente es posible que el mundo permita este genocidio?
También recuerdo momentos concretos muy duros, cuando caían amigos, gente que había conocido, eran momentos muy duros.
A pesar del drama humanitario, y sin duda, la dureza de todo lo que has vivido junto al pueblo saharaui, ¿tienes recuerdos de momentos felices?
No lo vivía como una cosa dramática porque estábamos todos en el mismo barco, yo no era la excepción, yo era una mas de todos aquellos, ya no tenía miedo a la muerte porque si nos moríamos, moríamos unos cuantos, no era solo yo.
Recuerdo que acompañando un camión que llevaba heridos saharauis a los campamentos en territorio argelino, en Rabuni me reencontré con Mohamed Salem, él venía acompañando un grupo de periodistas, esa misma noche me dijo de casarnos, porque si muero, al menos que sea habiéndonos casado. Montamos una jaima, y con unos cuantos amigos hicimos una boda rápida en medio de aquél desierto, a las 5 de la mañana ya estábamos desmontando la Jaima y escondiéndonos de la aviación marroquí que comenzaría a bombardear a la mañana.
También recuerdos muchos buenos y felices momentos con amigos, sobre todo la gente mayor, aprendí mucho de ellos, recuerdo conversaciones de horas y horas. Si, fuimos felices, a pesar de todo aquello, recuerdo momentos felices.
El 13 de noviembre del pasado año estallo la guerra en el Sáhara Occidental tras 30 años de paz, ¿como lo viviste y cual es tu opinión?
Siendo muy consciente de lo que supone la guerra, y los que hemos vivido la guerra sabemos que la guerra mata, en la guerra muere gente pero entendiendo perfectamente que no pueden ir pasando años y años sin resolver el conflicto en el Sáhara Occidental, está claro que la ONU no va a hacer nada, Marruecos está muy cómodo como está con el apoyo de Francia y también el absoluto apoyo Español a Marruecos, por lo cual, entiendo que por si solo, nada va a hacer que cambie la situación, es por ello que entiendo y respeto la vuelta a la guerra, porque, creo que no queda otra opción.
¿Como valoras la posición del gobierno español a lo largo de estos años?
El estado español tiene la responsabilidad completa, España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental, pero claro, aquí nadie dice nada, es mas, hablan de ex colonia, ex Sahara español… Perdona, de “ex” nada, el Sáhara Occidental sigue siendo español legalmente, y España tiene la obligación legal de asumir su responsabilidad.
Como opinión personal creo que, si en España solo se apoya a los saharauis por la parte “solidaria” o “humanitaria”, creo, que no estamos haciendo nada, porque es un problema político al que se le tiene que dar una solución política, está muy bien ayudar a nivel humanitario, pero bajo ningún concepto eso puede sustituir la reivindicación al gobierno español que cumpla con su responsabilidad política con el Sáhara Occidental.
Creo que los partidos políticos que han gobernado en España no han querido solucionar esto, y tenemos que saber que no hay que “pedirles” ni “rogarles”, es su obligación, ellos tienen que asumir su responsabilidad, porque a los ciudadanos se nos pide que respetemos la ley y la legalidad, ¿pero y ellos en el Sáhara Occidental, la respetan?
Gurutze, ¿Qué mensaje te gustaría mandar al pueblo saharaui y como crees que acabará este conflicto?
Decirles que sigan, que sigan luchando. Que tengan ánimo y fuerza, les pido que resistan.
Creo que este conflicto de alguna manera tiene que acabar, a mi me gustaría que acabará con la independencia, es que no le veo otra opción, el pueblo saharaui tiene que resistir, yo se que no será fácil, no ha sido fácil hasta ahora pero sinceramente creo que el Sáhara será libre algún día, y si no, ¿toda esa sangre que se ha derramado, para nada? ¿toda esa gente que dio su vida, para nada? Sería durísimo, pero yo quiero pensar que algún día llegará la independencia.