Estos campamentos de refugiados saharauis han sufrido el impacto de intensas lluvias que han derivado en graves inundaciones, especialmente en el campamento de Dajla,  el mas lejano de todos. Los daños son generalizados en los cinco campamentos en los que, según datos de la ONU, viven 173.000 personas. El impacto de las lluvias es especialmente grave en el campamento de Dajla, en un contexto de alta vulnerabilidad.

Según las primeras valoraciones, la emergencia afecta a casas, tiendas, servicios sociales -como escuelas y hospitales- y a las reservas alimentarias. La situación en Dajla es especialmente extrema. Las autoridades saharauis, junto a ONG internacionales y Agencias de la ONU están analizando con detalle las necesidades más urgentes.

Las primeras evaluaciones demandan la ayuda humanitaria inmediata. El abastecimiento de agua y alimentos es absolutamente necesario; principalmente porque los víveres almacenados por la población se han deteriorado por las lluvias. Deben asegurarse también tiendas de campaña, mantas, enseres domésticos y medicamentos. Una buena parte de las infraestructuras ha sufrido graves daños lo que exigirá un trabajo a largo plazo de recuperación.