Nuestro interlocutor no se anda con rodeos, aunque en ningún caso se aparta del decoro y la mesura propios de todo diplomático digno de tal nombre. Y los saharauis, corteses y respetuosos por naturaleza, lo son aún más cuando actúan y se expresan bajo la cobertura diplomática.
Nuestro entrevistado responde a nuestras preguntas de forma metódica y meticulosa, clavando los últimos clavos en el ataúd del moribundo régimen de Majzeniz. En su detallada explicación, Jatri Aduh recuerda todos los errores y tropiezos políticos y diplomáticos del Marruecos colonial.
Todas las resoluciones de la ONU, así como el derecho internacional, discrepan rotundamente de él. De hecho, todas ellas hablan de la necesidad de celebrar un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui.
Además, la (doble) ironía de la historia quiso que el propio Marruecos, en vida de Hassan II, aceptara, oficialmente y por escrito, esta consulta referéndum en el acuerdo de alto el fuego firmado en 1991 bajo los auspicios de la ONU y la antigua OUA. Más tarde, en el ocaso de su vida, Hassan II quiso zanjar (legalmente) la cuestión de la descolonización del Sáhara Occidental y no dejar esta grave disputa en manos de su hijo, Mohamed VI. Sin embargo, la muerte le sobrevino.
Aun así, Jatri Aduh enfatiza que Marruecos nunca ha sido tan frágil y vulnerable como ahora. Las razones son múltiples. En primer lugar, sus políticas antisociales, basadas en la corrupción, la represión y la distribución injusta de la riqueza, siguen exacerbando la ira de los ciudadanos marroquíes.
Esta ira se ve agravada por la humillante normalización de las relaciones entre Marruecos y la entidad israelí, en el contexto del genocidio en Gaza. El problema, como señala astutamente nuestro interlocutor, es que el Majzen, que siempre ha sido un protectorado de Francia, ahora solo está protegido por una Francia al borde del colapso.
Y continúa con las graves crisis y escándalos que están socavando profundamente los servicios de seguridad e inteligencia marroquíes. Esto, sin duda, precipitará esta caída, que se ha vuelto inevitable. Jatri Aduh va aún más allá en esta entrevista al predecir que esta caída saludable será revolucionaria y violenta.
Y para continuar con el meollo del asunto, que siempre ha sido el dinero, el presidente Brahim Ghali, quien sigue personalmente el caso del expolio de los recursos minerales y pesqueros del pueblo saharaui, ha creado una comisión que le reporta directamente.
Por último, pero no por ello menos importante, Jatri Aduh acoge con firmeza el compromiso constante de Argelia con las causas justas y nobles de Palestina y el Sáhara Occidental.
Mohamed Abdoun