¿Se está distanciando la administración de Joe Biden de la posición tomada por Donald Trump sobre el tema del Sáhara Occidental?
TSA | ECSAHARAUI
Madrid (ECS).- Todo nos lleva a creerlo si nos remitimos a las palabras del portavoz del Departamento de Estado, Matt Miller, que habló al final de la reunión en Washington entre el secretario de Estado, Antony J. Blinken y el ministro de Asuntos Exteriores de Argelia de Argelia, Ahmed Attaf.
Según las declaraciones de Miller, las partes reunidas afirmaron su »apoyo a los esfuerzos del Enviado Personal del Secretario General de las Naciones Unidas, Staffan De Mistura, desplegados para permitir que las partes implicadas en el conflicto del Sáhara Occidental, se impliquen en el proceso de político liderado por la ONU, sin condiciones previas».
Las declaraciones fueron realizadas tras un encuentro entre el Ministro de Exteriores argelino, Ahmed Attaf, y su homólogo estadounidense, Anthony Blinken.
Por otra parte, ambos cancilleres abordaron también los últimos acontecimientos relacionados con la situación regional, con especial atención a los sucesos de Níger así como a la cuestión de Palestina, según cita el mismo comunicado.
Las declaraciones de EEUU son incompatibles con las posición expresada por Trump
Tanto Washington como Argel apoyan un relanzamiento de las negociaciones diplomáticas entre las partes en conflicto, el Frente Polisario y Marruecos. Las declaraciones de las autoridades norteamericanas presagian el “enterramiento” de la idea de abrir un Consulado en Daja, en el Sáhara Occidental ocupado tal y como prometió Trump.
Una apertura que, cabe recordar, fue bloqueada por miembros del Congreso estadounidense y del Senado.
Al reiterar su apoyo a los esfuerzos del enviado de las Naciones Unidas, Washington obviamente no pretende alienar a Argel, con la que mantiene una estrecha cooperación en la lucha contra el terrorismo, particularmente en el Sahel, sumido en la inestabilidad y que corre el riesgo de ser agravada con el golpe de Estado en Níger.
Origen: El «marroquinidad» del Sáhara Occidental: el cambio de «tono» de Washington