En la región de Tinduf, al suroeste de Argelia, más de 173.000 personas refugiadas saharauis (de las cuales el 51% son mujeres y niñas) viven desde la década de 1970 en cinco campos de refugiados: Awserd, Boujdour, Dakhla, Laayoune y Smara. Esta situación humanitaria, considerada una de las más olvidadas según la Comisión Europea, enfrenta múltiples desafíos: ayuda internacional limitada, un entorno extremo y lejano con oportunidades de subsistencia extremadamente escasas, y la creciente incidencia de tormentas de arena e inundaciones provocadas por el cambio climático. En este contexto, garantizar un refugio seguro y digno para las personas refugiadas se vuelve una prioridad crucial.

Esto es lo que ha hecho la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), quien ha financiado con 100.000 euros un proyecto que tiene como objetivo mejorar las condiciones de vida de las familias refugiadas saharauis en estos campos, asegurando el acceso a refugios dignos y seguros en 2024. Dicho proyecto ha beneficiado a 626 familias (lo cual supone un total de casi 4.000 personas) mediante la entrega de materiales para la construcción de tiendas tradicionales que resistan las condiciones del desierto.

Estas tiendas son confeccionadas por las propias familias utilizando un kit entregado que incluye lona, cuerda, postes y clavijas de hierro, adaptándose a su conocimiento y habilidades tradicionales.

Con este proyecto, ACNUR y la AEXCID se unen para mejorar las condiciones de vida de las personas refugiadas saharauis, así como promover un entorno de protección, dignidad y autosuficiencia.