La cuestión saharaui entra en la agenda de la 80ª Asamblea General de la ONU

La cuestión saharaui entra en la agenda de la 80ª Asamblea General de la ONU

 

Nueva York, 24 de septiembre de 2025 – Comenzó en Nueva York el 80.º período ordinario de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas, bajo el lema “Juntos somos mejores: más de 80 años al servicio de la paz, el desarrollo y los derechos humanos”. Pero en medio de los discursos solemnes hay una ausencia clamorosa: la bandera de la República Árabe Saharaui Democrática sigue sin ondear en la sede de la ONU.

El propio Secretario General, António Guterres, ha recordado en su informe del 31 de julio que la cuestión del Sáhara Occidental no es un conflicto regional ni un asunto bilateral, sino un caso de descolonización inacabada que compete directamente a Naciones Unidas. La Cuarta Comisión volverá a debatirlo en octubre, pero medio siglo después de los Acuerdos de Madrid, la comunidad internacional sigue incumpliendo su propia Carta y postergando el derecho inalienable del pueblo saharaui a decidir su futuro.

Una delegación saharaui, encabezada por el ministro de Asuntos Exteriores y Africanos, Mohamed Yeslem Beissat, junto al representante del Frente Polisario ante la ONU, Sidi Mohamed Omar, y la consejera Malainin Slama, participa en los trabajos de esta sesión. Sus reuniones con delegaciones aliadas buscan fortalecer apoyos, denunciar el bloqueo político impuesto por Francia y Estados Unidos y reafirmar una verdad incontestable: la República Saharaui es miembro de pleno derecho de la Unión Africana desde 1984 y cuenta con el reconocimiento de más de 80 países. Su exclusión de Naciones Unidas no responde a falta de legitimidad, sino a la hipocresía de las potencias que sostienen la ocupación marroquí.

La gran ausente de esta Asamblea no lo es porque no exista, sino porque se la margina deliberadamente. Pero el pueblo saharaui sigue resistiendo, construyendo Estado en el exilio y reclamando justicia. La ONU puede seguir silenciándolo en sus salones, pero tarde o temprano su bandera entrará en Nueva York. Y ese día quedará grabado como prueba de que la descolonización del Sáhara Occidental no era un gesto de solidaridad, sino una obligación legal y moral que nunca debió posponerse.

La presencia saharaui en Nueva York es una afirmación de voluntad política: la de un pueblo decidido a ocupar el lugar que le corresponde entre las naciones libres.

Basado en: El Sáhara Occidental en el centro de la Asamblea General de las Naciones Unidas