Cuando vi el resumen de las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo y la clara derrota del PSOE, me acordé de aquella votación en el Parlamento Europeo sobre los derechos humanos en Marruecos y el Sáhara Occidental. Los socialistas españoles votaron en solitario en el Parlamento Europeo contra el respeto básico a la libertad de opinión, expresión y movimiento. Uno de los valores básicos sobre los cuales se asientan las democracias europeas.

Debo admitir que como saharaui me sentí consternado. Cada vez que oía a Sánchez hablar del derecho a la vivienda, de las políticas sociales, de igualdad y de la agenda progresista, dudaba de su discurso, de los gestos y las palabras en cada mitin. Me sentía golpeado por su política exterior hacia el Sáhara Occidental. Había roto la histórica postura de defensa del derecho a la autodeterminación de un territorio no autónomo. Cuando vi la renuncia del diputado Odón Elorza de las filas socialistas, algo se movió en mi interior. Al menos vi a un diputado  socialista sacrificar su carrera política, en defensa de la libertad del pueblo saharaui.

(…)