Madrid, 06 Septiembre de 2020. – (ECSAHARAUI)
Por Mah Iahdih Nan/ECS – Opinión
Justo Hoy, hace 29 años, el 6 de setiembre de 1991 entro en vigor el plan de arreglo de las Naciones Unidas para la descolonización del Sahara Occidental y después de tantos años el Sahara Occidental sigue siendo la última colonia de África.
En todos estos años las Naciones Unidas han tanteado un sinfín de desenlaces sin éxitos; se ha intentado llevar a cabo el Referéndum que es el acuerdo legal y firmado por las dos partes, se ha probado la aplicación del plan Baker que es una solución a medio camino, se ha innovado con mesas redondas implicando los países vecinos, se han barajado otras opciones y hasta se ha puesto sobre la mesa la opción marroquí de la Autonomía, a pesar de que no se ajusta a la justicia y la legalidad internacional, al no estar contemplada en la resolución 1514 de la ley de descolonización de los países y pueblos coloniales.
En un trabajo publicado recientemente por el profesor Carlos Ruiz Miguel, catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Santiago de Compostela, recuperaba la Doctrina Mbeiki, que más o menos se resume de la siguiente manera; ante la negativa de Marruecos de hacer cumplir la legalidad internacional y el plan de paz de la ONU-OUA, de permitir al pueblo del Sahara Occidental el ejercicio de su pleno derecho a la autodeterminación, reconocido por todas las instancias internacionales.
Ante esta coyuntura la República de Sudáfrica, solo le quedó aceptar la violación del derecho internacional o rechazarlo. Por lo que después de haber concedido un plazo suficientemente razonable al Reino de Marruecos para cumplir con sus obligaciones internacionales, así como después de haber constatado su negativa a cumplir con su compromiso con la comunidad internacional en la celebración de un Referéndum democrático en el Sahara Occidental; La República de Sudáfrica procedió a reconocer a la RASD, como mecanismo para forzar el cumplimiento de la legalidad y el derecho internacionales.
Toda esta doctrina se explica en una carta remitida por el presidente de Sudáfrica, y sucesor del mítico Nelson Mandela; Tabo Mbeiki al Rey de Marruecos Mohamed VI, en la que además le aclara su posición respecto a las violaciones por parte de Marruecos de las normas internacionales: “Para nosotros, no reconocer a la RASD en esta tesitura significa convertirnos en cómplices de la denegación al pueblo del Sahara Occidental de su derecho a la autodeterminación”.
Para el complemiento de la Doctina Mbeki, como una de las pocas vías para solucionar el conflicto Saharaui, se puede acudir a otro elemento mucho más reciente que es la adhesión del régimen Marroquí a la UA.
La entrada de Marruecos en la UA, ha propiciado a la comunidad internacional nuevos factores que permiten ejercer la presión necesaria para hacer cumplir la legalidad internacional en el Sahara Occidental. Con su entrada, Marruecos acepta implícita y explícitamente la existencia de la RASD, compartir los foros internacionales con la RASD es una evidencia que no se puede ocultar y que deja bien claro que el reconocimiento de la RASD, por parte del Reino de Marruecos es un hecho consumado e innegable.
Esto se fundamenta, en que para ingresar en la UA, Marruecos, a parte de sentarse en la misma mesa que la RASD, acepto un tratado, el acta constitutiva de la UA, en la que se menciona expresamente a la RASD como estado fundador, por lo que firmar un documento oficial y supranacional significa respetar y acatar su contenido, de lo contrario seria, convertir a una Organización compuesta por 55 Estados en una burla o en una mofa.. Igualmente, cuando firma ese acta, entre sus obligaciones como nuevo estado de la UA esta; “respetar la integridad territorial y las fronteras heredadas del colonialismo de los estados miembros”.
Todas estas cuestiones legales y jurídicas no pueden quedar en papel mojado, en el mundo hay reglas que nos pueden gustar o no, pero son las que hay y nadie puede saltarlas y quedar impune, porque son las que facilitan la convivencia.
Francia como potencia, y miembro del Consejo de Seguridad con derecho a veto, tiene que ser el primer garante del cumplimiento del estas normas y leyes, y no el causante de que algunos se las pasen por alto, sin ningún tipo de consecuencias. Marruecos, como todos los estados debe respetar la legalidad vigente, tanto la Africana como la internacional, de lo contrario debe responder ante los actos que no se ajustan a las normas internacionales.
Estas violaciones y vulneraciones, de las más de 100 resoluciones de la ONU y de las diferentes sentencias de los tribunales internacionales, asistiendo al pueblo Saharaui a su derecho universal a la libre determinación, han quedado sin consecuencia para el autor de estos atropellos, el régimen Marroquí. Así mismo el consentimiento, tolerancia y aprobación que práctica el Estado Frances ante dichos incumplimientos e infracciones, nos llevan a los Saharauis y a la comunidad internacional a agudizar el ingenio y agotar las iniciativas que pueden conducir el conflicto a una solución pacífica, por ello la Doctrina Mbeki, podría ser uno de los últimos trenes hacia la paz, en el Sahara Occidental.
¿Como se podría concretar esta propuesta?.
Pues entre otras opciones, para ejecutar esta salida, se crearía una Troika de países de peso en la política internacional y no alineados ni al eje comandado EUA, ni al eje liderado por el tándem Rusia-China, que elaboraran un documento similar a la carta que envío Tabo Mbeiki al Rey de Marruecos. El documento debería contener la clara posición de Marruecos de oposición al cumplimiento de la legalidad internacional al negarle el derecho legítimo y universal a los Saharauis a la Autodeterminación.
También, debería contener un plazo razonable para la ejecución de ese derecho, de lo contrario la comunidad internacional aplicaría la Doctrina Mbeki, reconociendo a la RASD como estado de pleno derecho.
La proposición, la presentarían los 5 o 6 países integrantes de la Troika, que podrían ser: Sudáfrica, Nigeria, Kenia, Argelia y México, que presentarán la propuesta a la comunidad internacional, a través de la Asamblea General de la ONU, o a través de las Organizaciones supranacionales Regionales, o incluso de modo individual.
También se podría crear un grupo de diferentes personalidades influyentes, que lo podría encabezar el mismo ex presidente de Sudáfrica Tabo Mbeiki, para exponer la propuesta a los diferentes países y en los foros internacionales.
Seguramente, habrá gente que vea esta iniciativa como algo descabellado, y como no puede ser de otra manera, su opinión es muy respetable. Pero los Saharauis, ni debemos, ni podemos estar con los brazos cruzados, esperando lo imposible, tampoco queremos quedarnos a medio camino como nos pide nuestro enemigo y agresor, tenemos unos derechos sobradamente reconocidos y nuestra misión es: luchar, batallar, combatir, proponer, intentar, plantear, exponer y formular ideas imaginativas y creativas que nos hagan conquistar esos derechos sin tener que empuñar otra vez las armas.
Origen: La Doctrina Mbeki: podría ser el último tren hacia la paz en el Sáhara Occidental.