El 13 de abril de 2025, el Washington Post publicó un controvertido artículo que denunciaba la participación del Frente Polisario en una red de contrabando de armas en Siria, con el supuesto apoyo de Irán y Hezbolá. 

El periódico se basó en fuentes regionales y en un informe del think tank «Atlantic Council», que citaba en particular la detención de cientos de miembros del Polisario y el entrenamiento militar proporcionado por Irán.

Criticado por omitir el derecho de respuesta del movimiento saharaui, el Washington Post finalmente publicó, diez días después, una reacción oficial del Polisario incluyendo un desmentido formal que rechaza categóricamente estas acusaciones, calificándolas de «no sólo inverosímiles, sino insultantes». El movimiento saharaui afirma que «se dedica exclusivamente a la lucha contra la ocupación marroquí y no participa en ningún conflicto externo».

Denunció «una campaña de desinformación orquestada por Marruecos para desacreditarlo en la escena internacional», destacando «la ausencia total de pruebas tangibles y desafiando a las partes acusadoras a presentar pruebas concretas que respalden sus afirmaciones».

El Polisario recordó que no es la primera vez que surgen acusaciones de este tipo. En 2018, Marruecos rompió relaciones diplomáticas con Irán, acusando a Teherán de apoyar al Frente Polisario a través de Hezbolá. Estas acusaciones fueron negadas rotundamente por Irán y el Frente Polisario, que las calificaron de «mentiras» y una «mascarada» destinada a desviar la atención del proceso de negociación sobre el Sáhara Occidental.

El coordinador del Frente Polisario en la MINURSO, M’hamed Khadad, declaró entonces que «Marruecos intenta eludir sus obligaciones de diálogo invocando acusaciones tan infundadas». El Frente Polisario considera que “estas acusaciones recurrentes forman parte de una estrategia de distracción política por parte de Marruecos para evitar negociaciones directas sobre el futuro del Sáhara Occidental”.

Al asociar al Polisario con actores controvertidos como Irán o Hezbolá, Marruecos buscaría desacreditar al movimiento saharaui e influir en la opinión internacional a su favor.

Medios de comunicación alemanes, como Die Welt, también han informado sobre supuestos vínculos entre el Polisario e Irán, basándose en documentos atribuidos a los servicios de inteligencia. Sin embargo, estas afirmaciones han sido fuertemente refutadas por el Frente Polisario, que las considera un intento de involucrar al Magreb en la crisis de Medio Oriente. Este episodio es parte de una guerra de comunicaciones más amplia en torno al Sáhara Occidental. Marruecos utiliza periódicamente las acusaciones de vínculos entre el Polisario y actores como Irán y Hezbolá para deslegitimar la causa saharaui en la escena internacional.

Por su parte, el Frente Polisario y sus partidarios denuncian una campaña de desinformación destinada a empañar su imagen. El artículo del Washington Post y su corrección tardía ilustran los desafíos de la cobertura mediática del conflicto del Sáhara Occidental.

Subrayan la necesidad de que los medios internacionales ejerzan rigor periodístico y cautela al abordar narrativas alineadas con posiciones estatales, para no contribuir inadvertidamente a campañas de desinformación. M.-F. Gaidi