El saharaui Al Hussein al Bachir Ibrahim huyó a España en una patera el 11 de enero de 2019. Temía ser arrestado, torturado, encarcelado o asesinado por su activismo. Tres días después compareció ante un tribunal español. Solicitó asilo alegando ser estudiante universitario y activista de derechos humanos y defender el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui. En un proceso exprés, apenas seis jornadas después de llegar a España fue deportado a Marruecos. Comenzó entonces un calvario carcelario sobre el que acaba de pronunciarse la ONU.