Entrevista exclusiva con el analista saharaui Lahbib Abdulhay
Por: Haris Belal
La resolución 2797 ha devuelto la cuestión del Sáhara Occidental al centro de la atención internacional, y ha puesto al descubierto una campaña mediática marroquí basada en tergiversaciones y lecturas interesadas del texto adoptado por el Consejo de Seguridad.
En esta entrevista, el analista saharaui y experto en seguridad en el Sahel Lehbib Abdelhay explica que la maquinaria de propaganda marroquí intenta presentar la última resolución como una «victoria diplomática», cuando en realidad —según afirma— contiene elementos que refuerzan el derecho del pueblo saharaui y sitúan la responsabilidad sobre Marruecos como potencia ocupante.
¿Cómo responde usted a las afirmaciones marroquíes sobre la resolución 2797?
Lo que hace Marruecos es una interpretación manipulada que se basa en descontextualizar algunos párrafos y ocultar otros. La propaganda oficial trata de vender la idea de que la resolución respalda el plan de autonomía, algo que no aparece en ningún punto del texto. Tampoco reconoce soberanía marroquí ni describe el conflicto como un “asunto interno”, como repiten sus medios.
El Consejo de Seguridad sigue tratando el Sáhara Occidental como un territorio pendiente de descolonización, conforme al derecho internacional, a las resoluciones de la ONU y a la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia de 1975.
La resolución, además, recuerda la necesidad de avanzar hacia una solución política justa que garantice la autodeterminación, algo que Marruecos intenta ignorar porque contradice su narrativa.
¿Ha logrado Marruecos convencer a la comunidad internacional de la legitimidad de su ocupación?
En absoluto. El régimen marroquí lo ha intentado durante 50 años utilizando dos vías: la propaganda y la coerción diplomática. Ninguna ha funcionado.
La ONU nunca ha reconocido la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Ningún país influyente lo reconoce. La Unión Africana sigue considerando a Marruecos como una potencia ocupante. Y hoy incluso aliados tradicionales de Rabat admiten que el conflicto sólo puede resolverse a través del derecho a la autodeterminación.
La realidad es que Marruecos ha fracasado durante medio siglo en imponer su visión, y la resolución 2797 confirma ese fracaso.
A pesar de las maniobras marroquíes, ¿se mantiene la causa saharaui en la escena internacional?
Sí. Y esto es algo que molesta profundamente al majzén. Cada intento de Marruecos por sacar el tema de la agenda fracasa porque se trata de una cuestión de descolonización sujeta al derecho internacional y al papel de las Naciones Unidas.
El conflicto permanece vivo por varias razones:
La resistencia del pueblo saharaui, tanto en los territorios ocupados como en los campamentos.
El apoyo jurídico internacional, especialmente tras las sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que desde 2015 han invalidado acuerdos entre la UE y Marruecos por incluir al Sáhara sin consentimiento del pueblo saharaui.
La posición africana, que se ha mostrado firme desde la adhesión de la RASD a la Unión Africana.
Las violaciones sistemáticas de derechos humanos, que generan atención mediática constante.
La explotación ilegal de recursos naturales, denunciada por múltiples organizaciones internacionales.
¿Por qué Marruecos intentó presentar la resolución 2797 como una victoria?
Porque Rabat está bajo presión interna y externa. En los últimos años:
Ha perdido litigios internacionales en los tribunales europeos.
Ha sufrido repetidos informes de ONG sobre represión en el Sáhara.
El proceso político está totalmente estancado desde 2019.
Ante esta situación, convertir cualquier resolución en un “triunfo” es una estrategia propagandística que busca tranquilizar a la opinión pública interna y dar la impresión de que la diplomacia marroquí controla la situación.
Pero esta estrategia se desploma en cuanto se lee la resolución: no menciona el plan de autonomía, no legitima la ocupación y reafirma la autodeterminación.
¿Cómo interpreta usted la posición de Estados Unidos?

Estados Unidos busca equilibrar varios intereses contradictorios: su alianza histórica con Marruecos, la estabilidad regional y su credibilidad ante el derecho internacional. Sin embargo, Washington ha comprendido que cualquier solución que excluya la autodeterminación es inviable.
Por eso ha regresado al lenguaje clásico de la ONU, alejándose progresivamente del reconocimiento simbólico que otorgó Donald Trump en 2020. La resolución 2797 refleja ese retorno al consenso internacional.
¿Qué futuro ve usted para el conflicto?
Mientras Marruecos siga negándose a aceptar el derecho del pueblo saharaui a decidir libremente su futuro, no habrá solución. El conflicto podría prolongarse, pero también podría entrar en una fase peligrosa debido al deterioro de la situación en la región.
El analista concluye que Marruecos no puede sostener indefinidamente una ocupación contraria al derecho internacional y rechazada por la población saharaui. La resolución 2797 es una muestra de que la comunidad internacional sigue comprometida con una solución basada en la legalidad.
TRADUCCIÓN NO OFICIAL. COMPOSICIÓN de la PLATAFORMA «NO TE OLVIDES DEL SAHARA OCCIDENTAL»
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