A escasos días de que la abogada general haya declarado que deba anularse el acuerdo pesquero de la Unión Europea con Marruecos, por no respetar la soberanía del Sáhara Occidental, aún por esclarecer al ser el último territorio de África pendiente de su descolonización, conocemos que Rabat ejecutará maniobras de la Armada en aguas saharauis, a unos 125 kilómetros de las islas. ¿Casualidad? Ninguna. Ya tenemos el precedente de regular la presión migratoria en Ceuta y Melilla en función de si Madrid cumple o no las expectativas marroquíes.
Todo este afán belicoso de Marruecos a las puertas de Canarias forma parte de la respuesta, seguramente habrá más gestos, fruto del disgusto que se ha llevado Mohamed VI porque todo apunta a que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) otorgue la firmeza al pronunciamiento en instancia previa del Tribunal General de la Unión que confirió la razón al Frente Polisario. La justicia europea tiene que guiarse por un principio inexorable: la ONU no ha dado la soberanía del Sáhara Occidental a Marruecos. Un elemento que debe ser clave para el TJUE. Y a partir de ahí deben hacerse los acuerdos comerciales respetando el Derecho Internacional.
Algo tan sencillo como que a la hora de comprar en los supermercados de Canarias o donde fuera en zona comunitaria, los productos venidos de latitudes saharauis no pueden llevar la etiqueta de Marruecos. Por no olvidar la competencia desleal que supone con el agricultor canario pues los costes de producción son menores allá y, de paso, los derechos laborales no están a la altura de los que tenemos aquí.
El Gobierno de Canarias pide que el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación informe de las maniobras de Marruecos, tan próximas al archipiélago y usurpando la titularidad de la mar saharaui. Que Fernando Clavijo logre explicaciones de José Manuel Albares está por ver. El ministro es próximo a Rabat y, sin embargo, su política de acercamiento al precio que sea (aun sometido a chantajes potenciales) conduce a la nada y, encima, genera una crisis con Argelia.
Con todo, no podemos seguir así. Por cada varapalo que se lleve Marruecos por no lograr sus objetivos, por no gustarle lo que sentencie la justicia europea que podría dar nuevamente la razón al Frente Polisario, reacciona con presiones variopintas. Esto no es serio. Quizá a Madrid le valga salir del paso con cada andanada que perpetre Rabat. Sin embargo, en Canarias se crea una espiral creciente que nos hipoteca. Al margen de los derechos que salvaguarda al pueblo saharaui, el ensanchamiento de Marruecos sin ajustarse al Derecho Internacional va a provocar una problemática para las siguientes generaciones en Canarias. Tengámoslo en consideración.
Origen: La provocación de Marruecos | Telde Actualidad