La reciente decisión de Naciones Unidas de poner fin al mandato de su representante en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf añade un nuevo elemento de preocupación al ya frágil papel de la ONU en el Sáhara Occidental. Según informa Africa Intelligence en un artículo publicado el 28 de noviembre de 2025, el diplomático palestino Yusef Jedian ha recibido una notificación oficial anunciándole la finalización próxima de su misión en el marco de la MINURSO, tras casi una década de trabajo sobre el terreno.
Yusef Jedian dirigía desde 2016 el oficio de enlace de la ONU en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, en el oeste de Argelia. De acuerdo con el medio especializado, su salida estaría vinculada a «las importantes coupes budgétaires annoncées début octobre par le secrétaire général de l’institution internationale, António Guterres». Es decir, recortes presupuestarios decididos desde la Secretaría General que, una vez más, impactan directamente en la presencia civil y humanitaria de la ONU en el conflicto saharaui.
La medida no ha sido aceptada pasivamente por el diplomático. Africa Intelligence señala que Jedian ha presentado un recurso ante el Tribunal del Contencioso de la ONU en Nueva York, lo que abre la posibilidad —al menos formal— de que conserve su puesto si la resolución le es favorable. Mientras tanto, su salida está prevista en un plazo máximo de tres meses, lo que dejaría a los campamentos sin un representante político directo de Naciones Unidas, en un contexto de extrema vulnerabilidad humanitaria.
Resulta especialmente significativo que estos recortes no se estén aplicando de forma simétrica. El artículo subraya que el núcleo de la MINURSO en El Aaiún ocupado, bajo la dirección del jefe de misión Alexander Ivanko, «a pour l’instant été préservé». Incluso se recuerda que cuando la ONU barajó reducir personal local contratado en Marruecos, Rabat se opuso firmemente y logró frenar esa posibilidad. El contraste es evidente: se recorta en Tinduf, pero se protege la estructura asentada en el territorio ocupado bajo control marroquí.
La decisión se produce, además, en un momento políticamente muy sensible. Apenas unas semanas antes, el Consejo de Seguridad adoptó una nueva resolución sobre el Sáhara Occidental, el 31 de octubre de 2025, prorrogando el mandato de la MINURSO hasta octubre de 2026. Sin embargo, como advierte Africa Intelligence, ese mismo texto «préfigure aussi une mutation du rôle de l’ONU (…) en sous-entendant l’abandon de l’idée d’organiser un référendum préalable». Es decir, se consolida un giro que vacía de contenido la misión original para la que fue creada la MINURSO: organizar un referéndum de autodeterminación.
En este contexto, el cese del representante de la ONU en los campamentos de refugiados saharauis no puede leerse únicamente como una consecuencia técnica de ajustes presupuestarios. Se inscribe en una dinámica más amplia de repliegue político, de reducción de la presencia civil de Naciones Unidas y de abandono progresivo de cualquier iniciativa que recuerde que el conflicto del Sáhara Occidental sigue siendo una cuestión de descolonización pendiente.
Una vez más, quienes pagan el precio son los refugiados saharauis y el propio proceso de paz, mientras la ONU parece resignarse a gestionar el conflicto en lugar de resolverlo conforme al derecho internacional.
Fuente:
Africa Intelligence, «Sahara occidental : l’ONU limoge son représentant au sein des camps de réfugiés de Tindouf», 28 de noviembre de 2025.
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