Bono, otrora crítico con la monarquía «medieval de Marruecos», se ha convertido en un firme defensor de Mohamed VI y su régimen con su familia y él mismo disfrutando de estancias en los mejores hoteles de Marruecos en las que ha alabado el desarrollo del país vecino. Ahora es el país en el que vive y que le concedió la nacionalidad, la República Dominicana -un privilegio que comparte con Felipe González-, la que sigue sus pasos.

El país caribeño ha expresado su «firme apoyo» a la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, un territorio ocupado por Rabat desde 1976 y pendiente de descolonización, y ha avanzado su «intención de considerar como prioridad en futuros planes de expansión la apertura de un consulado en la ciudad de Dajla», informa Efe.

Un anuncio que ha coincidido con la toma de posesión de Abinader, que estrenó la semana pasada segundo mandato arropado por el ex presidente de Castilla-La Mancha, vestido de riguroso blanco, el color del partido dominicano. En República Dominicana, Bono ha construido una fructífera vida tras abandonar la política junto a su escudero, Juan Segovia, otrora figura emergente de la federación madrileña del PSOE y convertido ahora en socio de los negocios del ex ministro en República Dominicana. Ambos han llegado a viajar juntos a los territorios ocupados del Sáhara Occidental.

José Bono arrodillado frente a una imagen entre funcionarios marroquíes. | COMUNA DE EL AAIUN

El idilio marroquí de Bono

El ex ministro de Defensa y ex presidente de Castilla-La Mancha ha pasado de ser un acérrimo detractor del régimen alauí, al que en 2001 acusó de mafioso, a pisar el último territorio de África pendiente de descolonización, con un referéndum de autodeterminación torpedeado desde hace tres décadas por Rabat. En la capital del Sáhara ocupado, Bono asistió en 2022 a presentaciones sobre el supuesto desarrollo de la ciudad y fue agasajado con opíparas comidas.

En 2001 Bono llegó a decir: «El Rey de Marruecos habla de su hermano el Rey de España, y aquello está dominado por mafias en el norte de Marruecos que envían aquí a personas que son estafadas. Habría que dejar de hablar de tanta hermandad y de tan buenas relaciones con un reino que no es democracia ni puede tener el nivel ni la consideración de un país amigo porque es una dictadura encubierta por un poder personal de una monarquía que debería estar en un museo arqueológico’, señaló entonces.

Invitado a viajar a Marruecos

(…)