Vuelos de expulsión de marroquíes de Madrid a El Aaiún

Las fuentes consultadas por este medio confirman que las expulsiones por el Sáhara Occidental se vienen produciendo desde hace varios años y no han cesado, pese a pensar, a principios de 2021, que la ruta que le había colado Marruecos al gobierno de Pedro Sánchez por El Aaiún sería temporal. Los protocolos y procedimientos seguidos por el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) para la custodia y registro de las personas repatriadas se ha comprobado que son los correctos y con los más altos estándares. Ese no es el problema, tanto como la decisión y acuerdo por parte del Ministerio del Interior, con el beneplácito, por otro lado, de la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) de elegir una ciudad bajo ocupación y sin reconocimiento internacional en lo que respecta a la soberanía marroquí. Tanto es así que, como explica este medio, el espacio aéreo en la parte costera del muro marroquí de 2.720 kilómetros de largo está gestionado, en lo que respecta a aviación civil, por el Centro de Control Aéreo de Canarias y forma parte del área española de Canarias por mandato de la OACI (Organización Internacional de Aviación Civil).

 
Todas estas variables —discutibles e inciertas, pero reales—, se unen en una realidad: la expulsión de ciudadanos marroquíes desde España a Marruecos se produce a una zona ocupada en medio del desierto del Sáhara. Siempre que, como se ha dicho, se trate de vuelos macro donde solo viajan personas, de nacionalidad marroquí o reclamadas por el país magrebí, con órdenes de extradición. Algo que, además de ser comprobado por este medio, fue verificado el 8 de junio de 2023 por el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) del Defensor del Pueblo en un operativo de repatriación desde el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas con destino a El Aaiún organizado por la UCER (ahora UCR) española de catorce hombres marroquíes. No es de extrañar la sorpresa de que aparezcan en la capital saharaui y que el Gobierno haya denegado la consulta de información pública por parte de ElNacional.cat para esclarecer estos hechos, teniendo en cuenta que el socio minoritario de la coalición del Ejecutivo español es abiertamente pro-saharaui y esto implica, indirectamente, apoyar el plan de autonomía de Marruecos sobre el territorio presentado en 2007 y, en parte, para algunas posiciones ideológicas, su soberanía.
 

Una ruta controvertida: entre la libertad saharaui y la presión marroquí

Para comprender las contradicciones de esta ruta de expulsiones —al no ser considerada oficialmente suelo marroquí— hay que tener claros tres puntos clave en la historia de El Aaiún. La ciudad fue fundada sobre un antiguo asentamiento indígena a finales de la década de 1930 por el teniente coronel Antonio Oro, cuando el territorio era la colonia del Sáhara Español. La metrópoli fue creciendo y convirtiéndose en la capital del territorio que en 1958 Francisco Franco convirtió en la provincia 53 y que en 1975, con el dictador moribundo, el rey Hassan II aprovechó esta debilidad española para inundar de niños, mujeres y jóvenes la frontera norte y que culminó con la Operación Golondrina, en contra de las resoluciones de la ONU.

El Sáhara quedó partido en dos, tras los acuerdos de Madrid de hace 50 años entre España, Marruecos y Mauritania, cediendo la primera potencia a la segunda y la tercera partes del territorio de la ya excolonia o exprovincia. El Frente Polisario batalló primero contra los españoles y, posteriormente, con su verdadero enemigo para lograr su independencia: el Reino de Marruecos. De hecho, Mauritania bombardeó la Güera —ciudad abandonada y en ruinas en la actualidad—, hasta que retiró sus tropas y cedió su parcela de terreno —que nunca llegó a controlar por completo— a los marroquíes, bajo el reinado de Hassan II. Muchos civiles saharauis encontraron refugio en Tinduf (Argelia), donde están los campos de refugiados, y logró mantener bajo su control algunas ciudades como Tifariti o Mijek.

En paralelo, el Estado español siempre mantuvo su posición neutral y con arreglo a las resoluciones de Naciones Unidas, hasta que Sánchez dio un giro de guion sin precedentes y apoyó la propuesta de autonomía marroquí del Sáhara Occidental, tras las presiones migratorias sobre Ceuta y Melilla a principios de esta década. En cualquier caso, y como se ha expuesto en esta, quizá excesivamente, breve explicación de los hechos históricos en el territorio; la ruta de expulsiones de ciudadanos marroquíes a El Aaiún coincide en el tiempo, prácticamente, con el cambio de postura del Gobierno actual, la llegada a Logroño para recibir tratamiento médico del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, y los incidentes fronterizos de 2021 en Ceuta y, con menor intensidad, en Melilla. Estas coincidencias son más notables, todavía, si se tiene en cuenta que no existe un reconocimiento de soberanía por parte del Ejecutivo español y mucho menos por la comunidad internacional o la ONU. Pero, mientras tanto, tal y como ha podido confirmar ElNacional.cat, las repatriaciones, fuera de vuelos comerciales, de ciudadanos marroquíes se siguen haciendo por la capital del Sáhara Occidental.