Después de que el Tribunal Supremo de la UE dictaminara que el acuerdo violaba el principio de autodeterminación, Bruselas recibió 12 meses para cumplir.
La Comisión ha propuesto modificar su acuerdo comercial con Marruecos para cumplir con un fallo del tribunal de la UE sobre el territorio en disputa del Sáhara Occidental, según un documento obtenido por Euractiv.
El Sáhara Occidental, antigua colonia española ocupada mayoritariamente por Marruecos desde 1975, está reconocido por la ONU como territorio no autónomo. Su estatus sigue siendo controvertido: Marruecos reclama su soberanía y el Frente Polisario, movimiento independentista saharaui, exige la autodeterminación.
En octubre de 2024, el Tribunal Supremo de la UE dictaminó que los acuerdos comerciales entre la UE y Marruecos de 2019 sobre productos pesqueros y agrícolas se celebraron en violación del principio de autodeterminación, al no haber dado su consentimiento el pueblo del Sáhara Occidental. Bruselas recibió un plazo de 12 meses para cumplir.
Según el proyecto presentado , obtenido por Euractiv, las etiquetas de estos productos deben indicar ahora el Sáhara Occidental como su origen, mientras que los certificados de conformidad seguirán siendo emitidos por las autoridades marroquíes.
“El nuevo acuerdo utiliza el término ‘región de origen’ para los productos del Sáhara Occidental, pero este no existe en la legislación comercial de la UE ni en el derecho internacional”, declaró una fuente cercana al asunto, que pidió el anonimato. “Parece que la Comisión está dispuesta a eliminar el código aduanero del Sáhara Occidental y sustituirlo por este término tan vago”.
El Tribunal Supremo de la UE había dictaminado previamente que las mercancías procedentes del Sáhara Occidental deben etiquetarse como tales, no como marroquíes. Sin embargo, la aplicación de la normativa ha sido irregular, y Rabat ha rechazado de plano la formulación del Tribunal, reafirmando que la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara marroquí es innegociable.
“Al final, no es más que una repetición del acuerdo anterior con Marruecos, con una redacción más laxa para contentar a Rabat”, declaró la fuente. “No se sostendrá en los tribunales, y la Comisión lo sabe. Solo intentan ganar tiempo”.
El consentimiento sustituido por beneficios
La propuesta de la Comisión se basa en una idea que el propio Tribunal esbozó: el consentimiento del pueblo del Sáhara Occidental puede, en teoría, “presumirse” si el acuerdo no crea obligaciones para ellos y en cambio les proporciona beneficios tangibles y verificables, supervisados por un mecanismo de control.
Para superar esta prueba, la UE promete dinero para proyectos de agua, energía y lucha contra la desertificación, plantas de desalinización, así como ayuda humanitaria para los campos de refugiados saharauis alrededor de Tinduf en Argelia, y apoyo a la educación y la cultura.
“El consentimiento presunto sólo existe bajo criterios muy estrictos y transparentes, no como un resquicio legal para eludir las normas judiciales”, dijo Sara Eyckmans, de Western Sahara Resource Watch, a Euractiv.
“Hasta que no se produzca la participación saharaui, la UE carece de credibilidad en materia de derechos humanos y Estado de derecho”. No hacerlo “corre el riesgo de legitimar una ocupación ilegal”, añadió, advirtiendo de “un precedente preocupante para otros conflictos territoriales”.
Los eurodiputados marginados
La Comisión presentó su enmienda al acuerdo comercial el 18 de septiembre, tras negociaciones que concluyeron en sólo cinco días desde que el Consejo autorizó que las conversaciones comenzaran el 10 de septiembre.
La propuesta está diseñada para una aplicación provisional, lo que significa que entraría en vigor antes de la votación de los eurodiputados. Aplicar el acuerdo provisionalmente equivale a un hecho consumado y prácticamente a una declaración de guerra a la comisión de comercio del Parlamento, según la fuente.
Se espera que el Consejo firme la enmienda el 1 de octubre.