La cantante manchega ha compartido unas palabras antes de abandonar ese lugar que le ha servido para experimentar muchos sentimientos
«Escribo estas palabras desde los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf, Argelia, desde El Aaiún. Aquí también han llegado las malas noticias del conflicto israelí-palestino…». Estas palabras las ha escrito Rozalén, una de las voces que nos acompañarán el próximo 21 de octubre en el WiZink Center para celebrar una nueva edición de nuestro CADENA 100 Por Ellas. La manchega nos pone en situación, al lado de un carrusel de imágenes con las que ilustra la experiencia que acaba de vivir, y antes de irnos detallando cómo ha sido esa visita para conocer, de primera mano, la sitaución en la que se encuentran las personas que residen en esa situación tan poco agradable para nadie.
«Después de días intensos de talleres y convivencia, mañana regresaremos a casa», prosigue antes de describir algunos de esos recuerdos que ya se lleva grabados en la retina y el corazón para siempre: «Las niñas descalzas juegan en la arena del desierto y saltan encima de los depósitos de plástico que contiene el agua que racionan con cautela. El sol se esconde y el horizonte se tiñe de color mostaza y turquesa. Las mayores preparan el té sobre las inmensas alfombras donde dormirán esta noche a la intemperie, bajo uno de los cielos más bellos del planeta. El ritual del té saharaui, la charla, el aroma, el tiempo, el silencio… El juego de los vasos para crear espuma… Amargo como la vida, dulce como el amor, suave como la muerte».
La dureza de experimentarlo en primera persona
Ella, una de las voces sin las que no se entendería la mejor variedad musical que te ponemos en CADENA 100, no escatima en detalles para que nos hagamos una idea más precisa de lo que ha estado conociendo estos días: «Hoy he visitado el museo de la resistencia. He aprendido el funcionamiento de las minas anti personas. He leído los nombres de mártires, desaparecidos y presos políticos. He escuchado historias de dolor atroz. He comprendido mejor la ocupación, el éxodo, el abandono, el olvido, la espera, la humillación, la resignación… Y he vuelto a tener el privilegio de vivir la hospitalidad de un pueblo hermano y de ver cómo las melfas de colores vivos bailan como la llama de la hoguera».
«Cuánto necesito mirar a los ojos de las personas y abrir bien mis oídos para entender…», continúa, dando paso a una cita a la que recurre, porque cree que ayuda a entender todo este relato tan profundo: «Dijo Bujari Ahmed: ‘Se equivoca quien apuesta por el desgaste del tiempo pensando que nos haría cambiar. No conoce la naturaleza de los hombres del desierto. Nosotros moriremos. Otros la continuarán…’«. Rozalén remata de una de esas maneras conmovedoras a las que nos tiene acostumbrados con sus letras: «Y es que quien siente que lo ha perdido todo actúa como si no tuviera nada que perder. Cada vez me duele más el mundo».