Albares no cruza el Estrecho ni tampoco tiene previsto comparecer en el Congreso para aclarar el enigma de las aduanas, como lo solicita el PP. Sacó, eso sí, pecho en Onda Cero el lunes de que haya sido “este Gobierno el primero que plantea una aduana en Ceuta y que se reabra la de Melilla” que Rabat cerró de un plumazo en agosto de 2018 sin que la diplomacia española protestase por este gesto inamistoso. Llevaba siglo y medio funcionando con absoluta normalidad.
Enrique Alcoba y su homóloga en la patronal de Ceuta, Arancha Campos, optaron entonces por pedir cita en el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid para que les aclaren aquello que las delegadas del Gobierno en sus respectivas ciudades no acaban explicar: ¿Por qué no abren de una vez las prometidas aduanas con Marruecos? ¿Cómo funcionarán el día en que, por fin, se pongan en marcha? ¿Se restablecerá el régimen de viajeros? Ese régimen es el que permite al turista cruzar la frontera con un souvenir o al residente en las ciudades hacerlo con unos pequeños regalos para parientes y familiares que viven Marruecos.
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Origen: Las maniobras de Exteriores con los empresarios de Ceuta y Melilla para no hablar de las aduanas