La historia dirá que Felipe González no era el típico que dejaba pasar la oportunidad de unas buenas vacaciones, o de una puerta giratoria, por el qué dirán. Especialmente cuando eres el mejor de tu generación dando explicaciones, en unos tiempos en los que no colaba culpar de tus debilidades terrenales al fango y a la ultraderecha.

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Por eso tenemos que irnos hasta Marruecos. En concreto hasta el hotel de Le Mirage, y retroceder hasta 1998. Entonces sí que podemos asegurar que le amargaron las vacaciones pero bien, cuando tuvo que suspenderlas repentinamente, y volver de inmediato a Madrid tras conocerse la sentencia del Tribunal Supremo por el secuestro de Segundo Marey.

Ahora muchos no se pueden ver, pero si en algo aparcan sus diferencias, o si en algo converge el socialismo patrio es en Marruecos. Más en concreto, en el refugio de Le Mirage, cuyos 45 bungalows-suites deluxe ya han albergado las vacaciones privadas de los González, y luego de los Zapatero, quienes pasaron allí la nochevieja junto a la que era por aquel entonces ere ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez. Y no fue la única. También pasaron por allí María Antonia Trujillo, Elena Valenciano y José Bono.

El pasado verano le tocó a Begoña y a Pedro Sánchez, lo que casi elevaría a la categoría de oficialidad la visita. Y este verano, si cualquiera de ustedes quisiera apuntarse, el precio en agosto está entre 2.300 y los 8.000 por noche por alojamiento para cuatro personas.

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